¿Nunca te preguntaste por qué motivo hay insectos que durante las noches, en presencia de una hoguera encendida, no dudan en lanzarse enloquecidos hacia el abrazo de las llamas? ¿Qué es lo que los atrae del fuego? ¿No saben acaso que si se acercan demasiado pueden morir calcinados? Sin embargo, vuelan hacia esa mágica luz, como si ese fuera el sentido último de su existencia.
Así somos también, en ocasiones, nosotros los hombres.
quemarse en algunas llamas vale eso y lo vale todo.
ResponderBorrar¿Será porque ..."Los que no pueden más se van"... como dijo Charly; o porque ..."Lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida"... como recitó Silvio?
ResponderBorrar¿Serán estos weblogs que tienen ese-no-se-que del que hablamos, teas virtuales a las que saltamos sin poder resistir?
Gracias por abrir otra ventana a la reflexión Germán, ya te linkeamos en Empedrados. Sergio
hace un tiempo escribi este poema:
ResponderBorrarcon los sentidos en penumbras
exagerando la ceguera
para poder mirar a los costados
en eso, los seres humanos se parecen a las moscas
nos atraen las luces brillantes.
y nosotros dos,
cuando no tenemos magia para estar en un mundo aparte,
somos como todos
y vamos a lugares donde van muchos,
y nos chocamos para bailar.
La contaminación de la ciudad hecha canción.
y sonrío para vos, y sonreís para mí y me alcanzas un cuba libre,
y bebemos por la salud
y nos reímos de puro inspeccionar.
sigo escuchando el martillo en mi cabeza,
pero ya no importa,
hago crecer árboles de silencio de tu cuello
y descubro detrás de tu oreja un paraíso tanguero
para bailar con la nariz
y saludar con los labios.
en momentos así, me gusta estar apretado contra vos.
brindo por nuestro espacio,
ya estoy encandilado.
Caro: El problema reside, creo yo, en discernir cuáles son las llamas que valen la pena y cuáles no. Porque son llamas las de la pasión, encantadora, pero también las del infierno, o las de Cromañón...
ResponderBorrarFidel y Alejandro: Muchas gracias por leer y comentar.