Hoy he terminado, finalmente, de escribir el demorado libro del cual te hablara tiempo atrás. Se titula “Lo obvio” y está integrado por una inconcebible serie de páginas en blanco (tres, siete, catorce, setenta y nueve... el número queda librado a tu voluntad).
En la penúltima página se reproduce una imagen: es una pared altísima, imponente, adornada con una pequeña puerta, a un costado, que permanece cerrada.

A través suyo, lo único que puede verse es el infranqueable muro que alguien ha construido detrás.
Anotación escéptica del día.
ResponderBorrarRECORDAR: Los cuentos de hadas y otras fantasías pueden ser muy bonitos, pero no son reales. A nadie podrás atribuirle la culpa de tu desilusión si decides creer en ellos.