Califico a este virus de informático pues fue recibido a través de un correo spam, enviado a quién sabe cuántos cientos de computadoras además de a la mía. Al igual que un virus, al instalarse (no en la computadora, en este caso, sino en la conciencia del hombre) genera una mutación, a veces imperceptible, en aquellos sujetos que no se hayan declarado inmunes. Y como el virus de computadora común y corriente, éste también se reproduce, en este caso aquí, a través de este blog, que también es de hecho un medio informático.
Correo spam, entonces (retomo al relato de cómo se recibió este virus), que al abrirse deja ver en la pantalla estos versos:
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Esto aparte, tengo en mí todos los sueños.
Esos cuatro versos fueron suficientes para que yo supiera, en ese mismo momento, que había sido infectado. Que no iba a poder dejar de leer lo que siguiera, y que ya nunca iba a poder liberarme del todo de aquellas palabras, que al pie terminaba firmando un tal Fernando Pessoa.
Como yo soy más prudente, no dejo el resto de aquellas líneas aquí mismo, en esta ventana, sino en el primer comentario de esta entrada, para que lo lea solamente quien se considere inmune a estas cosas (pero entonces no tendrá sentido que se tome el trabajo) o quien desee arriesgarse, a sabiendas de lo que hace.