sábado, junio 19, 2010

El Circo de la Mariposa

viernes, junio 18, 2010

José de Sousa Saramago (1922 - 2010)


Hoy me duele la partida del Maestro Saramago, quien junto con Fernando Pessoa fue el mayor poeta de la lengua portuguesa.

Muchas veces he citado frases suyas. En esta ocasión prefiero que pese el silencio de su a partir de ahora ausencia.

miércoles, junio 16, 2010

Matrimonios y algo más


Mientras en otros rincones del mundo todavía hoy, finalizando la primera década del siglo XXI, hay personas que son denigradas, encarceladas o directamente asesinadas por manifestar más o menos abiertamente su voluntad de ser libres al momento de vivir el amor -por otra parte inmanejable- o su sexualidad, compartiendo su vida con alguien de su mismo sexo, o buscando una alternativa a un consorte que le ha sido impuesto de por vida, a veces al margen de la propia voluntad, en nuestro país se debate la legalización del matrimonio homosexual.

Me pregunto entonces por qué razón, no siendo yo homofóbico, rechazo esta moción. Y finalmente creo que mi rechazo obedece al reconocimiento de una paradoja encerrada en esta reivindicación de quienes manifiestan su preferencia por una sexualidad diferente. Sexualidad que, por cierto, nada tiene de censurable, aunque evidentemente tampoco encuadre dentro de una normalidad absoluta, siendo el propósito biológico de la sexualidad (no así el afectivo, ni el psicológico) la perpetuación de la especie, que no podría llevarse a cabo en un marco constante de unión de iguales.

Yendo al punto legal, se sostiene que el objetivo de la modificación legislativa propuesta tiende a la defensa de la igualdad de los derechos civiles, al margen de las opciones sexuales que se detenten. Lo cual sin duda es loable. Se cuestiona la delimitación del matrimonio como una institución establecida entre dos personas, varón y mujer. ¿Por qué no entre dos personas, varón y varón, o entre dos personas, mujer y mujer? Admitamos esto. Pero entonces, ¿por qué entre dos personas, y no entre tres, o cuatro, o cinco? Porque así como evidentemente sería insólito permitir el matrimonio entre hombres, y no entre mujeres, o viceversa, del mismo modo deberían protegerse los derechos de aquellos que hubiesen decidido establecer relaciones de conviviencia múltiples.

¿Por qué esa mujer que ha aceptado vivir con un hombre que ya se encuentra casado con otra mujer, a quien lo une el lazo de un amor recíproco, debe resignarse a un papel legal de segundo plano, siendo que la otra mujer la acepta también como integrante de esa misma familia en la cual no hay diferencias entre ambas amantes, salvo la de ser compañera legal una, y marginal la otra? Máxime cuando, incluso en sociedades donde los matrimonios homosexuales no son concebibles, sí se ha admitido y desde tiempos inmemoriales el matrimonio poligámico. ¿Por qué nuestra legislación habría de discriminar a quienes, no haciendo con esto mal a nadie, hayan decidido vivir su vida de esta manera?

Claro está que, no habiendo diferencia alguna en la constitución sexual de los matrimonios, tanto da que este matrimonio poligámico esté constituido por un hombre y varias mujeres, como por una mujer con varios hombres. O en matrimonios mixtos, en los cuales se mezclen varios hombres y mujeres, en números indeterminados. Habrá que inventar nuevas palabras, para designar las relaciones recíprocas que se establecerán entre estos cónyuges y sus respectivos familiares sanguíneos directos. Me solazo imaginando posibilidades: matrimonios en cadena, grupos que intenten romper el récord Guiness al matrimonio mixto más numeroso del planeta, enormes orgías celebradas en nombre de la libertad sexual, pero amparado todo esto en nombre de la igualdad de derechos de quienes pretenden vivir una sexualidad diferente dentro de los límites legales del matrimonio.

Y nada de malo tendría, desde el punto de vista ético, que todas estas cosas sucedieran. Cada quien es dueño de sentir como le salga y de vivir conforme a sus deseos en tanto no atente contra la libertad de los demás.

Sin embargo, la paradoja es que en este contexto que se ha descripto, el matrimonio como institución, que tanto reclaman unos y otros, habrá quedado reducido a la nada. ¿De qué vale, entonces, que se pelee tanto por algo que a la larga, y por consecuencia de tantas reivindicaciones, habrá dejado de existir?

lunes, junio 14, 2010

Retazos de lucidez



"...Prométeme que vas a descubrir el rostro que se esconde debajo de esta máscara, pero que nunca vas a mirar debajo de ella", le dice él (que es lo que nosotros llamaríamos un monstruo) a ella, que viene a ser la heroína de la historia en cuestión.

Y más delante, ella le pregunta:
- ¿Es por eso que estás usando una máscara?
- Todos usamos máscaras
-le responde él. La vida las crea, y luego nos empuja a encontrar entre todas ellas la que mejor nos queda.

En otro parcial, otra estudiante cuenta, rememorando un lejano amor: "Yo veía en él a un príncipe (o al menos así lo creía), y él veía en mí a una princesa. Eran puras representaciones de nosotros mismos, de dos personas que se querían enamorar y buscaban conquistarse."

Lúcida reflexión, pues hay máscaras que no nos ponemos nosotros, ni usamos por voluntad propia, sino que las colocamos en los demás o nos son colocadas sin permiso, y en ocasiones sin que siquiera lo sepamos. Sin embargo, subyace en la frase otro engaño. En efecto, ¿cómo podría saber la muchacha lo que aquel príncipe suyo veía por entonces en ella? La chica ha preferido sostener la ilusión de que su pretendido la admiraba no como realmente lo habrá hecho, desde el misterio de su mirada, sino como ella desea haber sido admirada. Seamos piadosos y hagamos de cuenta que estas dos dimensiones coinciden, incluso cuando no sea cierto.

Así las cosas, la vida sigue adelante, siempre entre máscaras e ilusiones vanas, que sin embargo son las que nos mantienen vivos.

domingo, junio 13, 2010

Los amantes

Interesante idea, ésta que encuentro leyendo cosas medio al pasar: que la literatura primero, y más tarde el cine y la televisión, han sido los responsables de enseñarnos qué cosa es el amor.

Pienso entonces en el imaginario romántico, en Novalis y el Werther de Goethe, pero también en Schumann, en las muertes de Violeta y de Mimi, y también en El Caminante pintado por Friedrich. Pienso asimismo en una extensa lista de producciones de Hollywood y en los culebrones de la tarde. Pienso en una pléyade de literatos, cantores, poetas, pintores, cineastas, guionistas y soñadores de toda cepa que se atrevieron en plasmar de alguna manera la idea de lo amoroso. Incluyo también a los sex symbols, a los productores de pornografía, a las colegialas inocentes y a los fotógrafos de desnudos. Todos ellos han sido, de una manera u otra, los responsables de enseñarnos qué cosa debiera ser el amor.

Sólo para que luego uno, que no es un personaje del mundo de las literaturas, ni de las películas, ni de las óperas, ni de los erotic shows, ni de ficción ninguna, sino apenas un ser humano común y corriente, vaya miserablemente por el mundo, amando no como todos aquellos soñadores han pretendido enseñarnos que debiéramos hacerlo, sino apenas como mejor podemos.

sábado, junio 12, 2010

Ser o parecer

Alguien escribe en el perfil de Facebook de alguien una frase de Ralph Waldo Emerson que más o menos dice: "Todo hombre es sincero a solas; en cuanto aparece una segunda persona, allí empieza la hipocresía."

La frase me seduce, me gusta, me convence en un principio. Luego me pregunto: ¿Estará una persona sola cuando sola delante de una computadora escribe algo en un perfil de Facebook o lo repite en un blog? ¿O estará también en ese caso influenciada por cierta hipocresía derivada del saber que alguien, alguna vez, podrá eventualmente leer eso que allí se ha escrito? Es más: ¿Habrá estado Emerson solo en el momento de decir, pensar o escribir su sentencia? ¿O habrá pensado, más o menos conscientemente, que segundas, terceras y cuartas personas irían a leer, comentar y juzgar su frase?

Pero también me pregunto si acaso la gente, estando a solas, es verdaderamente sincera; o si no será que en esos particulares momentos logra creer en sus propias fantasías por el simple hecho de no haber nadie allí presente para impugnárselas. De ser tal el caso, la aparición de segundas, terceras o cuartas personas podría sumergirnos acaso en una suerte de diferente hipocresía, pero de un grado no demasiado diferente del que veníamos teniendo hasta entonces.

Me parece que la única diferencia es que en un caso, cuando estamos solos, actuamos para nosotros mismos, mientras que cuando sabemos que hay otros testigos de lo que hacemos comenzamos también a actuar para los demás.

viernes, junio 11, 2010

Breve reflexión


Días atrás un estudiante que cursa conmigo la materia que dicto en la Universidad de Buenos Aires escribió, en una entrada del blog que utilizo para mis clases, y más concretamente allí donde yo había subido la consigna para un examen, una breve línea en la cual se declaraba "perdido" ante la pregunta.

Le respondí entonces, a la manera de un consuelo, que era al mismo tiempo una explicación:

"Hay que perderse primero, para luego poder encontrarse."

Recién un rato más tarde entendí cuánta verdad encerraba esa frase aparentemente tan simple.

sábado, junio 05, 2010

Dicen que dijo...

"No puede ser que estemos aquí para no poder ser", dice Laura, una estudiante de mi curso en la Universidad de Buenos Aires, que alguna vez dijo mi amigo Julio Cortázar.

Yo digo que, por lo menos hoy, me dan ganas de creerle a ambos.