domingo, septiembre 30, 2012

Hay una fotografía
Que muestra la espalda de una mujer
Inenarrablemente desnuda
Quizás aun ligeramente sudada.
Nada más hay eso.
La foto de una mujer sobre una cama,
Su espalda, su pelo revuelto,
La pose sugerente
Y nada más.
Y sin embargo hay mucho más.
Hay un deseo inconfesable,
Una inquietud indecible,
Hay una extraña belleza
Y un hondo misterio
Acaso irresoluble,
El del tacto sobre esa piel,
El del sabor de esa espalda
Al deslizarse por ella la lengua
Sedienta del halo prohibido.


miércoles, septiembre 26, 2012

Ludwig van B.

El otro día, en un pasillo del subte, me detuve un instante para apreciar esta escena: un estudiante de guitarra hacía lo que podía con una transcripción del Himno a la alegría... Unos metros más allá, una mujer andrajosa mendigaba unas monedas... Y movía la cabeza al ritmo de aquella melodía. Estoy seguro de que le parecía una música bonita, tanto como de que en aquel momento esa melodía era algo que le hacía bien. Lo más probable es que ella jamás haya escuchado hablar de ese tal Beethoven. Y en ese contexto seguramente eso no interesaba en absoluto.

De repente creo que en estas cosas radica el verdadero sentido del arte. Y que lo demás es impostura.

jueves, septiembre 06, 2012

Nota al margen

De repente me pregunto cuál caso será más grave, si el del tipo cuya vida a nadie le interesa, y que incluso más de uno desprecia, y que enceguecido por su vanidad cree a pesar de ello ser amado por todos, o el de aquel otro que, por el contrario, permanece solo, incluso a veces triste, convencido de que a nadie le importa, sin poder ver el afecto que otros están dispuestos a darle.

(Por cierto, que quede en claro que definitivamente no estoy incluido en la primera de estas dos categorías...)