viernes, noviembre 20, 2015

Contradicciones

En algunas historias de Isaac Asimov, para destruir un robot es suficiente con enfrentarlo a una imposibilidad lógica. Lograr, por ejemplo, que le resulte imposible cumplir con alguna de las leyes de la robótica sin incumplir al mismo tiempo otra. El ser humano es mucho más complejo y admite hasta cierto punto las contradicciones. No obstante lo cual amar y aborrecer a un mismo tiempo conlleva un sentimiento de incompatibilidad muy difícil de superar. Tal vez, después de todo, no seamos tan diferentes de los robots. Finalmente, ellos han sido imaginados a nuestra imagen y semejanza, del mismo modo en que -según dicen- nosotros fuimos creados a imagen y semejanza de los dioses.

Y encima de todo esa canción, que incluso sin venir a explicar nada sigue dando vueltas y más vueltas en mi cabeza:
"Yo crecí con sonrisas de casa, / cielos claros y verde el jardín...
¿Y qué estoy haciendo / acá en esta calle con hambre...?
¿Cuántas veces tendré que morir para ser siempre yo?"

martes, noviembre 17, 2015

Valores

En definitiva, tal vez no haya nada que tenga valor.
A un valor en sí mismo me refiero.
Ni el dólar, ni un Picasso,
ni una sonata de Mozart,
ni un hijo, ni el sexo,
ni el honor, ni el amor,
ni la idea de un dios,
nada, absolutamente nada.
Somos nosotros, los seres humanos,
quienes les asignamos un valor a cada cosa.
Pero nosotros mismos,
¿tendremos acaso un valor real,
más allá de nuestras propias vanidades?


lunes, noviembre 16, 2015

Mariposas negras


I
Una nube de mariposas negras 
se instala dentro de mi pecho,
reposada y amenazante
como un presagio,
como un abismo,
como si calladamente prometieran:
"Cuando la noche sea cerrada volaremos,
volaremos juntos hasta la nada,
que es negra como nuestras negras alas
y es fría como la soledad
y la desesperanza;
pero allí no existen
ni la traición ni la culpa,
excepto quizás solo la culpa
de no haber podido,
de no haber sabido,
de no haber logrado ser."

II
"No vamos a mentirte",
se escuchó decir a la voz
que sobrevolaba junto a las alas
de miles de mariposas negras:
"Somos un engaño.
Pero también es un engaño
todo lo demás:
uno elige por quién desea
ser engañado.
Así ha sido y será siempre.
Pero para quien acepta creer
en nuestro engaño,
todos los demás engaños
cesan para siempre."

III
Entonces alguien se pregunta:
¿Y si esas palabras también fueran un engaño?
La respuesta es obvia:
Todas las palabras lo son. 
No cabe tener dudas al respecto. 
Todas. Incluso éstas.

jueves, noviembre 05, 2015

Puertas


Hay puertas que a primera vista no conducen a ninguna parte. Sin embargo, el simple hecho de que nos hagan pasar de un lado a otro, de un adentro a un afuera, o viceversa, producirá inevitablemente un cambio en nosotros, lo sepamos o no. Cada puerta funciona de un modo diferente con cada persona que se atreva a cruzar. La puerta que a mí me llevará eventualmente a un cierto lugar, a otros los hará llegar de seguro a otra parte. Desconozco adónde llevan las puertas que cada tanto se presentan, entreabiertas, delante de mí. Uno debe decidir, sin embargo, si se arriesga o no a atravesar su umbral, incluso sin saber a qué es lo que se enfrentará, o si acaso esa hoja se cerrará para siempre detrás de nuestras espaldas. Pero no hay demasiado remedio: debemos decidir si las trasponemos o si no lo hacemos. Por lo demás, debemos tener presente que las puertas suelen tomar muchas formas, en ocasiones muy caprichosas. Las personas pueden ser en ocasiones puertas, por ejemplo. Puertas que a veces hay que abrir, y otras veces cerrar.