Cada uno tiene
su pedazo de tiempo
y su pedazo de espacio,
su fragmento de vida
y su fragmento de muerte.
Pero a veces los pedazos se cambian
y alguien vive con la vida de otro
o alguien muere con la muerte de otro.
Casi nadie está hecho
tan solo con lo propio.
Pero hay muchos que son nada mas que un error:
están hechos con los trozos
totalmente cambiados.
Y yo no puedo sino responderle:
La vida, el tiempo, el espacio,
vienen a nosotros en fragmentos, es cierto.
Fragmentos propios o ajenos, prestados a veces,
otras veces robados más o menos en secreto,
real o imaginariamente, según el caso.
Pero la muerte, querido Roberto,
la muerte es otra cosa.
Cuando ella llega
siempre lo hace completa,
de una vez y para siempre.
Germán Serain