Hoy me entregaron un sobre
con los papeles que te había pedido.
No sé cómo pude guardar la compostura.
Pero fui amable, recibí el envío,
lo dejé a un costado y seguí a duras penas
con lo que fuera que estaba haciendo.
Sin embargo, en cuanto me supe solo
me abalancé sobre el dichoso envío
y busqué allí dentro,
busqué con desenfreno,
casi diría con desesperación,
busqué entre aquellos papeles
algún mensaje tuyo dirigido a mí,
un secreto que le diese sentido a las cosas,
busqué esperando encontrar una carta,
algún manojo de palabras sueltas
anotadas tal vez en lápiz
en alguna esquina dudosa,
en algún margen perdido,
busqué algún suspiro,
algún recorte de diario viejo,
alguna clase de esperaza.
Pero no había nada de eso.
Allí solo había papeles,
esos que yo te había pedido
y que vos prometiste enviarme.
Ni una palabra de amor.
Ni un poema.
Ni una caricia.
Ni un beso tenue
sobre mis ojos tristes.
Sólo esos papeles
y tu irreparable ausencia.
viernes, agosto 30, 2013
Ausencia III
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jueves, agosto 29, 2013
Estar cansado II
De pronto me siento cansado.
Pero no es cansancio del cuerpo
sino más bien del espíritu.
Y en realidad lo que siento es
que esto no está sucediendo ahora.
Se trata más bien de un cansancio viejo
que llega hasta mí desde un tiempo antiguo
que no alcanzo a precisar.
A decir verdad a veces siento
que este cansancio mío
que cada tanto me agobia
llegó al mundo mucho antes
de que yo hubiese nacido.
Me pregunto si alguna vez
llegará a disiparse del todo.
Siento un frío repentino
que me recorre la espalda.
Miro hacia atrás.
Estoy solo.
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martes, agosto 27, 2013
Ausencia II
Lo que más me duele
además, por supuesto,
de tu ausencia
es sentir que mi dolor
te resulta tan ajeno
que no alcanza a tocarte.
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domingo, agosto 25, 2013
Redes sociales
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sábado, agosto 24, 2013
Destino kafkiano
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jueves, agosto 22, 2013
Puentes
"El verdadero milagro de la vida no es encontrarse uno mismo, lo cual después de todo no dejaría de ser una paradoja. Lo importante es encontrarse con alguien, a través de esos efímeros puentes que algunos suelen tender dentro de este mundo de islas. Puentes efímeros, porque duran muy poco, y tal vez estén hechos de la misma materia con la que se tejen los sueños. Pero cada tanto, en medio de esa horrenda soledad que es la vida, uno a veces llega a un puente. Un puente que puede haberse tendido con afecto o con amor, en este mundo en el cual casi todas las citas y casi todos los encuentros son fallidos, en donde casi todo consiste en ir hasta esquinas a las cuales nadie acude nunca. La vida suele ser eso: ir a buscar... y no encontrar. Pero alguna que otra vez, como flechas luminosas en medio de la noche, uno llega a una esquina, tal vez sin siquiera habérselo propuesto, y hay alguien. Cuando eso sucede, vale la pena festejar ese pequeño puente que se nos ha ofrecido. Porque muy pocas veces en la vida de un hombre, acaso apenas una, pasa cerca un centímetro cúbico de suerte, y solo la pescará quien esté atento. A la mayoría de nosotros nos toca apenas un cachito de suerte en la vida, y el peor de los pecados es dejarla pasar. Hay que estar muy atento a las señales, atento a las citas, que se cumplen pero son escasas; atento a los sueños, que se dan pero siempre son pocos.”
(Sobre un monólogo de Alejandro Dolina)
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jueves, agosto 08, 2013
Ausencia
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domingo, agosto 04, 2013
Robarle una flor a la muerte
La escritora Fernanda García Lao publica esta foto en su muro de Facebook, junto con una única y elocuente frase: "Robarle una flor a la muerte". Debajo, se desarrolla el siguiente diálogo:
Germán Serain: Robarle cualquier cosa a la muerte representa un modesto triunfo para nosotros, los mortales. Presumo que ese ha de ser el placer de quien se sabe condenado a muerte y logra ganar de algún modo un día más de vida. Aunque, paradójicamente, también sea el placer de muchos suicidas, que conociendo su destino inexorable se anticipan, sólo para robarle a la muerte su derecho de marcar el cómo, el dónde, el cuándo.
Fernanda García Lao: El suicida siempre pierde.
Germán Serain: Lo sé. Es nada más que ayer, recordando tu foto y tu frase, intentaba encontrar un sentido al hecho de que uno pudiera ser seducido tanto por la idea del suicidio teniendo al mismo tiempo tanto miedo de morir. Y encontré esa respuesta posible, algo así como el ejercicio desesperado de una última libertad, no decidís vos, muerte, no viviré ya más pendiente de ti, sino que decido yo. No deja de ser un abierto desafío, como el de robarle una flor. Desafío paradójico, insisto en ello, pues reafirma (estoy vivo, y por eso decido) al mismo tiempo que niega.
Germán Serain: Añado: Decisiones hay, y de estas sí he experimentado, que poseen la misma pauta de afirmar y negar al mismo tiempo. "Te amo pero me voy", por ejemplo. Y será, según el caso, como un modesto suicidio, o como un modesto asesinato, según desde donde se lo mire.
Fernanda García Lao: Uno colecciona pequeños asesinatos o suicidios, pero sobrevivirlos deja a la muerte desarmada. Esa rosa que tengo en la mano, estaba en el tacho de basura del cementerio. Y no se lo merecía.
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Ceguera
Qué ceguera absurda nos empuja a que tengamos que hundirnos en la soledad y lejos de todo para llegar a comprender que nuestra casa se encontraba allí, precisamente en el punto desde el cual partimos, y al cual ya no podemos volver, cuando aquel día decidimos salir vanamente a buscarnos.
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