¿Les importará realmente a los dioses que creamos o no en ellos? Y en caso de que les importe, ¿por qué razón sería? ¿Será que la existencia de Dios, de la cual nosotros dependemos, depende a su vez de nuestra creencia? La idea es extraña, por su aparente circularidad, pero de otro modo no se entiende por qué tanta preocupación divina en torno de la necesidad de que el hombre tenga fe. ¿Dependen acaso los dioses de lo que nosotros pensemos, en lo que hace a su existencia? ¿Tendrán nuestros rezos, nuestros cánticos, nuestras loas, algún efecto en ellos? ¿O lo tendrán solamente en quienes creen, por el hecho mismo de creer? Pienso de pronto en el doble significado de la palabra concebir: uno concibe una idea o concibe un hijo. Tal vez Dios no sea sino un hijo de nuestras propias ideas. Que a su vez nos concibe. He aquí el misterio de la Trinidad, explicado de otro modo.
jueves, diciembre 29, 2016
De dioses y creencias
¿Les importará realmente a los dioses que creamos o no en ellos? Y en caso de que les importe, ¿por qué razón sería? ¿Será que la existencia de Dios, de la cual nosotros dependemos, depende a su vez de nuestra creencia? La idea es extraña, por su aparente circularidad, pero de otro modo no se entiende por qué tanta preocupación divina en torno de la necesidad de que el hombre tenga fe. ¿Dependen acaso los dioses de lo que nosotros pensemos, en lo que hace a su existencia? ¿Tendrán nuestros rezos, nuestros cánticos, nuestras loas, algún efecto en ellos? ¿O lo tendrán solamente en quienes creen, por el hecho mismo de creer? Pienso de pronto en el doble significado de la palabra concebir: uno concibe una idea o concibe un hijo. Tal vez Dios no sea sino un hijo de nuestras propias ideas. Que a su vez nos concibe. He aquí el misterio de la Trinidad, explicado de otro modo.
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domingo, diciembre 25, 2016
Navidad
"¿Por qué hay tanta gente triste en Navidad, si se supone que se celebra el nacimiento de Dios?", preguntó una voz en su mente.
La respuesta, venida de quién sabe dónde, fue precisa:
"Los dioses no nacen ni mueren. Y las navidades no son alegres, ni tampoco tristes. Son las personas quienes le asignan a las cosas y a ciertas fechas un determinado valor. A veces la gente se apena, precisamente, porque le han dicho que se espera de ellos que estén felices. Y eso no siempre es posible."
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sábado, diciembre 24, 2016
Remedio contra la melancolía
Tengo que comprender que no es verdad
lo que digo cuando digo que te extraño.
O al menos darme cuenta de que es
solamente una verdad a medias,
o con una buena cuota de engaño.
Porque sí, por supuesto que
aquellos tiempos fueron maravillosos.
Pero ni vos ni yo somos hoy los de antaño.
No es a vos a quien extraño,
sino a quien solías ser en otro tiempo.
O incluso más: a quien yo era en ese entonces,
cuando todavía estábamos juntos.
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lunes, diciembre 19, 2016
Stendhal
Que un estudiante
en mi taller haya escrito:
Gracias a Stendhal por la frase:
Dios mío, si existes
apiádate de mi alma,
si es que tengo.
¡Dios Santo!... ¿Por qué yo soy yo?
Comprender entonces
del alma, Stendhal y yo mismo,
todo forma parte de
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viernes, diciembre 16, 2016
Memoria y olvidos
La memoria es falible y selectiva.
No recordamos los hechos tal
como sucedieron sino que
los deformamos,
les quitamos cosas,
les añadimos matices,
los adornamos a la medida
de nuestro gusto y circunstancia.
Los inventamos, en definitiva.
Esto nos enfrenta a menudo
a situaciones incómodas.
Porque todos recordamos,
pero no las mismas cosas
ni de la misma manera.
Entonces abrimos desacuerdos
y nos acusamos unos a otros
de ser gigantescos necios.
La memoria es selectiva
y muy poco fiable, por cierto.
Pero aun cuando así no fuera
tampoco habría garantías.
Pues no se trata solamente de
lo que recordemos, bien o mal,
sino que además nos empeñamos
en asignarle a nuestros recuerdos
un valor y un significado que
para cada quien es diferente.
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lunes, diciembre 12, 2016
Caminar lento
Tengo ganas de caminar lento,
como si no existieran los relojes
ni tampoco los calendarios.
Caminar lento y cerrar los ojos,
sintiendo el aire en el rostro
mientras sigo avanzando,
primero un pie, después el otro,
sin un rumbo establecido
pero con la secreta intuición
de que caminando se llega
tarde o temprano a alguna parte.
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martes, diciembre 06, 2016
Caminos
Los caminos, por definición,
siempre nos llevan a alguna parte.
En ocasiones, ingenuamente
o con un dejo de veleidad,
creemos que los vamos eligiendo,
cuando en verdad es un insospechado azar
el que casi siempre escoge por nosotros.
La vida no ofrece mapas, ni garantías,
aunque sí otorga la posibilidad de
ir transitando por ella cada día.
Los caminos, ya ha sido dicho,
siempre nos conducen a algún lugar.
Lo que no sabemos es hacia dónde,
ni por qué razones, ni de qué manera.
Nada de esto impide, sin embargo,
que sigamos confiadamente,
buscando la belleza cada vez,
en tanto dure la travesía.
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jueves, diciembre 01, 2016
Ser y hacer
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viernes, noviembre 25, 2016
Efímeras
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jueves, noviembre 24, 2016
Vacíos
Todos nosotros conocimos alguna vez el miedo de encontrarnos en soledad, en el silencio de una noche cualquiera. Y para evitarlo encendimos el televisor, o llenamos nuestros placares con cosas, o nos rodeamos de personas, o nos atiborramos de lo que fuese, o nos aferramos a relaciones equivocadas, incluso cuando ello implicase renunciar al descubrimiento de otras posibilidades, de otros colores, de otras texturas, de otros futuros posibles, de sutiles sonidos usualmente ocultos por el bullicio que nosotros mismos generamos.
En ocasiones es necesario admitir que a veces menos es más, que es hora de remover algunas cosas guardadas en los placares, que es el momento de arriesgarnos y de intentar mirarnos hacia adentro, para así darnos la maravillosa posibilidad de reconocernos, y a partir de ello poder crecer y regalarnos nuevas alternativas. A nosotros mismos y, curiosamente, también a quienes de un modo u otro están cerca.
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jueves, noviembre 17, 2016
Tener la razón

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martes, noviembre 15, 2016
Sueño 161113 - Arañas
Soñar con arañas;
con que ella te dice
que hay allí una enorme
araña negra, en algún lugar
de la habitación, escondida
tal vez ahí entre las cortinas,
pero ella no enciende la luz
por más que vos se lo pedís
una vez, y otra, y otra más
para poder buscar mejor.
Hasta que al fin atisbás
en una pared cercana
una araña color marrón,
tal vez no tan grande,
que cae pesadamente
al suelo y después
la perdés de vista;
y enseguida aparece otra,
ésta sí negra y más grande,
que también cae y desaparece.
Y vos sabés que hay todavía
una araña mucho más grande,
una enorme, próxima y horrenda,
pero todo permanece en penumbras
y sos incapaz de encontrarla,
porque la luz sigue sin encenderse
y tus ojos, de repente pesados,
se niegan a permanecer abiertos
se cierran por más que no quieras,
por más que pretendas resistirte,
tus ojos no se abren para verlas,
pero uno bien sabe que allí están.
Las arañas te producen miedo.
Porque ellas sí pueden verte.
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lunes, noviembre 14, 2016
Das Monster
Me jode ser el monstruo de todas las historias.
El que no encuentra los rumbos.
El que no pudo y no puede.
El que no logra explicar,
ni ser comprendido,
ni comprenderse.
El que ayer resbaló y se golpeó muy mal la espalda.
El que no fue invitado al cumpleaños de su hija.
El que siempre tiene sueño y se duerme
en todas partes y no consigue concentrarse.
El que solamente quisiera ver esa nube en el cielo,
esa nube en el cielo, esa nube en el cielo.
Pero es tan difícil explicar algo tan sencillo...
Resulta más fácil ser sindicado como el monstruo.
Este monstruo que nunca ha logrado ser
lo que los demás hubiesen querido que fuera.
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viernes, noviembre 11, 2016
Nocturno
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martes, noviembre 01, 2016
Solo piano
Hay un piano que se ha quedado mudo.
Hay el eco de una risa que de pronto
se ha revelado tristemente lejana.
Hay un antes y un después
y un frustrado té con masas
que ya no podrá concretarse.
Otras manos volverán tarde o temprano
a recorrer las negras y blancas teclas.
Volverán acaso Beethoven, Bach,
Chopin, Schumann o Ravel.
Pero será otra voz la que resuene.
El piano viudo de alguna manera sabe
en la sutil memoria de sus cuerdas
que algo se ha ido para siempre.
Si acaso existe un cielo de pianos
puede que allí vuelvan a encontrarse.
(A la memoria de Elisabeth Fiocca)
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jueves, octubre 27, 2016
Presencia
Mis ojos hurgaron una noche en tu mirada
buscando reflejos de su propia soledad y desamparo.
Encontraron allí, sin embargo, paz y ternura
y una hermosa luz de esperanza.
Cuando hoy me miro en los espejos
descubro en mis ojos el reflejo de los tuyos.
Estás aquí conmigo, aunque no estés en estas horas.
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martes, octubre 25, 2016
Escaleras
Hay escaleras que suben,
hay escaleras que bajan...
En realidad las escaleras nunca
van a ninguna parte,
ellas están siempre quietas
y aguardan pacientes.
Son las personas las que deciden
si ascienden o si descienden
o si se detienen en alguno
de sus muchos peldaños
viendo el mundo desde allí,
a menudo convencidas
triste y falsamente
de que no hay otras
perspectivas posibles,
otras luces, otros colores.
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lunes, octubre 24, 2016
Deseos - El día después
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domingo, octubre 23, 2016
Sin cuenta
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miércoles, septiembre 21, 2016
Ignorancia y virtud
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martes, septiembre 20, 2016
De ateísmos y creyentes
Dicen que el peor creyente,
el más vil de todos, el más falso,
es aquel que en la soledad de su silencio
sabe bien que Dios en verdad no existe,
y muy a pesar de eso insiste inmutable
en sostener su innegable presencia.
Sin embargo, resulta mucho peor,
y más peligroso y más perverso,
el pretendido ateo que conoce
que Dios en efecto existe y,
empero, con voz en cuello
se empecina en negarlo.
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domingo, septiembre 18, 2016
Pensamiento crítico
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miércoles, septiembre 14, 2016
Fotografías anónimas
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Simplificando
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lunes, agosto 29, 2016
El hombre grande
El hombre grande
cada día está más pequeño.
Yo acaricio a veces su cabeza cana
con una infinita ternura
cuando él ya está acostado
y a punto de conciliar el sueño,
y siento como si acariciara
la cabeza de un niño,
cada vez más inocente y frágil.
En esos momentos todo se confunde:
yo soy de pronto hombre grande
pero también el niño
que necesita todavía creer
en la existencia de los inmortales
para poder sobrellevar su propia vida.
En momentos así el tiempo parece detenerse.
Pero luego persiste, empecinadamente.
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domingo, agosto 28, 2016
Apología de la crítica
Lo que diferencia al crítico del público en general es que él tiene la posibilidad de compartir su parecer a través de un medio de comunicación. Entonces, lo que sí se le puede exigir es que sea capaz de comunicar con habilidad sus impresiones y experiencias. Que su relato sea atractivo, para que den ganas de leer o escuchar aquello que tenga para decir respecto de lo que a él le ha parecido tal concierto, película, obra teatral, exhibición, libro, comida o espectáculo. Que genere deseos de abordar la experiencia estética de la que se trate desde otros lugares y perspectivas, enriqueciéndola de algún modo. Después, por supuesto, la cuestión pasará por coincidir o no con el crítico, en criterios o en sensibilidad. Porque lo cierto es que no existen verdades objetivas en el terreno de lo estético. Es evidente que si un músico desafina, si un escritor tiene fallas en su redacción o un actor duda en sus parlamentos, será posible señalarlo. Pero fuera de estos índices concretos, lo que prevalece es una cuestión de empatías entre el artista, el crítico y el público.
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jueves, agosto 25, 2016
2006 - 2016
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domingo, agosto 21, 2016
Sin título
Hay una incierta y terrible soledad
en el apático gris de esta tarde que muere.
Una soledad trágica, sin fe ni esperanza.
Lo intenté. Dios sabe que lo hice.
Pero todo fue en vano.
No existen las segundas oportunidades
para nosotros los malditos.
El sol se ahoga ahora en el horizonte,
las sombras vuelven reclamando sus dominios
y uno solo desea irse
junto con la tarde que se disuelve
tranquila en el horizonte
sin reclamarle nada al mundo
porque nada espera.
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martes, agosto 09, 2016
Carpe Diem
Diez años, dijo el médico.
Puede que alguno más, tal vez.
Dicho así parece mucho, es cierto,
sobre todo para un hombre que
ya ha alcanzado los ochenta.
Hagamos la cuenta y son
tres mil seiscientos cincuenta días.
Aunque he de corregirme:
tres mil seiscientos cuarenta y nueve,
pues esto sucedió ayer.
Miro una fotografía de mi padre,
todavía joven, esperanzado,
vivaz y repleto de futuro.
Me impresiona darme cuenta:
en esa foto él tiene menos edad
de la que yo tengo ahora mismo
y comprendo una vez más que
al fin y al cabo una década es nada,
Nada sobre todo comparada con
la nada eterna que nos aguarda.
Tengo casi cincuenta años, dijo ella.
Y la gente suele morirse a los setenta,
así que me quedarían veinte por delante.
Dicho así parece mucho:
son todavía veinte cumpleaños,
veinte pascuas, veinte navidades,
veinte de cada cosa que pasa en un año.
Sin embargo también es poco y nada.
Nada comparado con la eternidad
de nada que nos espera después.
Entonces qué hacer,
si lo único que tenemos
es este día fugaz que se pasa.
Detente instante, eres tan bello...
No era vano el deseo de Fausto.
Intentar capturar el momento
vivirlo plenamente, disfrutarlo,
eso es lo único que nos queda.
El ahora mismo.
El mientras tanto.
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miércoles, agosto 03, 2016
Dédalo e Icaro
Soy Dédalo después de haber despeñado a Perdix.
Vanamente pretendí contentar a la bella Pasifae
y sólo logré dirigir hacia mí la furia de Minos.
Fui el hacedor de las penurias del Minotauro,
que se dejó matar a manos del vanidoso Teseo
convencido de que era al joven enemigo a quien
Ariadna aguardaba al otro extremo del dorado hilo.
El amor -se sabe- está repleto de estos desencuentros.
Ahora deambulo cautivo en el seno de mi propio laberinto,
prisionero no de estas paredes de roca y sutiles engaños
sino de una potencia mayor, poderosa e inexplicable.
Dédalo soy; mas debo decirlo: también soy Icaro.
Heredé esta prisión de mi padre, y tal vez él
la heredó a su vez de sus propios ancestros.
Es cierto: soy yo el arquitecto y el constructor,
soy quien carga las culpas propias del responsable.
Pero este laberinto me precede en el tiempo,
está aquí desde mucho antes de que yo naciera
y quién sabe si acaso desaparecerá con mi muerte.
En una esquina, allí hacia donde el sol se pone,
descubro un hato de cuerdas y plumas y cera.
Un pájaro pasa volando sobre mi cabeza.
Lo observo como si fuese un presagio.
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domingo, julio 31, 2016
Naturalezas
Padecemos, entre otras cosas,
una errática apreciación del tiempo
que tal vez no sea sino un gesto de rebeldía
frente a nuestra pobre condición de
seres mortales, evanescentes,
sin chance de trascendencia.
Quizás por eso necesitamos tanto
que con una mirada una palabra un gesto
alguien nos haga sentir valorados,
que nos rescate de nuestra soledad,
del angustiante vacío de la nada.
Somos apenas el suspiro de algo que nos supera,
nada más el breve reflejo de algo más amplio
que acaso jamás llegaremos a conocer.
Somos un poco como la música
que solamente existe mientras suena.
Pero aquí estamos, entre tanto.
Frágiles y desorientados.
Desamparados y sedientos.
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lunes, julio 25, 2016
Busco
Ando buscando palabras
para decir cosas indecibles.
Ansío colores que me ayuden
a pintar paisajes jamás vistos.
Sonidos imposibles para hacer
músicas jamás escuchadas.
Estoy solo en medio de la noche;
desnudo en la oscuridad, lloro.
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viernes, julio 22, 2016
Espejos
No sabemos quiénes somos.
Mucho menos podríamos conocer
quién es el otro, ese eterno misterio.
Cada uno observa en el rostro del otro
lo que decide ver, o aquello que él mismo es,
incluso sin saberlo, como si de pronto se contemplara
en el cristal siempre ambiguo de un espejo.
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martes, julio 19, 2016
Spleen du mardi
Emociones complejas.
La incierta melancolía de
ciertas tardes de domingo que
confundidas caen un martes.
El eje de lo real que insiste
en jugar al gallito ciego conmigo.
Por supuesto, yo siempre debo ser
el que lleve los ojos vendados.
La sabiduría es evasiva:
se presenta ante mis ojos
desnuda, pero entremezclada
con mil curiosas ensoñaciones.
De hecho, ahora mismo,
que me busco en vano
y no me encuentro,
no sé si duermo
o si estoy despierto
o si realmente soy yo
quien escribe estas palabras.
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jueves, julio 14, 2016
Sueño 160712 - Casi un cuento
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viernes, julio 08, 2016
Lo Uno y los Otros
"La categoría de lo Otro es tan original como la conciencia misma. En las sociadades más primitivas, en las mitologías más antiguas, siempre se encuentra un dualismo que es el de lo Mismo y lo Otro. (...) La alteridad es una categoría fundamental del pensamiento humano. Ninguna colectividad se define jamás como Una sin colocar inmediatamente enfrente a la Otra. Bastan tres viajeros reunidos por azar en un mismo compartimiento, para que el resto de los viajeros se conviertan en "otros" vagamente hostiles. (...) Entre aldeas, clanes, naciones, clases, hay guerras, potlachs, negociaciones, tratados, luchas, que despojan la idea de lo Otro de su sentido absoluto y descubren su relatividad; de buen o mal grado, individuos o grupos se ven obligados a reconocer la reciprocidad de sus relaciones. (...) Ningún sujeto se plantea, súbita y espontáneamente como lo inesencial; no es lo Otro lo que, al definirse como Otro, define lo Uno, sino que es planteado como Otro por lo Uno, al momento de plantearse éste como Uno. Más, para que no se produzca un retorno de lo Otro a lo Uno, es preciso que lo Otro se someta a este punto de vista extraño." (S.B., "El segundo sexo")
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miércoles, junio 29, 2016
Sueño 160629
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martes, junio 28, 2016
Palabras y silencios
Ando buscando palabras,
palabras para componer con ellas
un espacio diferente, alterno,
una historia concebida
a mi propia medida,
con paisajes y cielos
que me sean propicios.
Sin embargo las palabras,
no todas ellas, eso es verdad,
pero sí las que son más importantes,
terminan cediendo siempre ante el silencio,
un silencio extraño que se impone
hasta ocupar el lugar de
aquellas palabras que
en rigor de verdad
acaso ni siquiera existan,
y de existir no dirían nada,
o en el mejor de los supuestos
nombrarían algo, pero jamás serían
aquello que ha sido nombrado.
El silencio, en cambio,
es algo real y absoluto
que se dice a sí mismo
tal como él mismo es.
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lunes, junio 27, 2016
Respuestas sin pregunta
Ando a cuestas con una necesidad urgente de respuestas
para preguntas que tal vez ni siquiera puedan ser planteadas.
Porque las palabras, esto es algo que ya es bien sabido,
son incapaces de dar cuenta de algunas cosas.
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domingo, junio 26, 2016
Tiempo
Alguien, en realidad no importa quién, pero si nos preguntaran diríamos que su nombre es Alan Souto, un muchacho que supo ser alumno mío hace algún tiempo, escribe en alguna parte una serie de palabras en apariencia sin sentido, o por lo menos con ese sentido elusivo que a veces tienen las palabras cuando en realidad no se proponen decir nada esencial: "El tiempo no existe", comienza ese texto. Y si ese comienzo nos atrae es porque justo un momento antes hemos escrito la palabra "tiempo" en otro lugar. Así la hemos escrito, suelta y sin ningún motivo aparente. Y la coincidencia es demasiado poderosa como para no tenerla en cuenta.
"El tiempo no existe. No hay un hoy ni un mañana. El tiempo es un espejo de mil facetas. Un laberinto cuyo centro es un laberinto, con un laberinto en el centro, donde se guarda un laberinto lleno de espejos. ... El tiempo no existe. Sólo el vacío y la noche. Siempre la noche yaciendo en el centro del laberinto de la tierra."El tiempo no existe. No hay un hoy ni un mañana. Intuimos que algo de verdad se esconde detrás de esas palabras. Pero también algo de absurdo, porque hay el tiempo en el cual leemos estas palabras, y también el tiempo en el cual escribimos estas otras. Y sin embargo, en esta tarde colmada de melancolía, pensar que el tiempo en realidad no existe es algo que de alguna manera nos ayuda a seguir viviendo. Vale decir, es algo que nos ayuda a seguir transcurriendo nuestro limitado tiempo.
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lunes, junio 20, 2016
Utilidad de la poesía
¿Sabés para qué sirve la poesía?
La poesía, en cualquiera de sus formas,
que son muchas y variadas, sirve para esto:
para rellenar un vacío un agujero una ausencia.
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domingo, junio 19, 2016
Fugacidades
Cierto día, una jornada cualquiera, muchos años después de que ella hubiese fallecido, mi papá vio de cuerpo presente a su madre, vale decir mi abuela, sentada en una silla de su departamento. No es éste el comienzo de una historia de fantasmas, y ni siquiera el inicio de una historia propiamente dicha, sino apenas el relato de algo que aconteció. Tampoco hay mucho para contar, pues no hubo en el caso revelaciones místicas, ni mensajes desmesurados, sino solamente eso: un acto de presencia fugaz, una mano frágil y delgada levantada levemente, una repentina paz, que tanto pudo haber sido obsequio de la visita o producto del ánimo del visitado. En cualquier caso, cuando algunos días más tarde conocí los detalles de aquel episodio, por alguna razón comprendí que los inmortales no estarían aquí en este mundo con nosotros para siempre.
Anoche, por mi parte, estando despierto descubrí, creo que por primera vez, la trastienda de la formación de los sueños. Es como si uno tuviese los ojos cerrados, pero por error un pequeño paso de luz hubiese quedado abierto. Como una venda mal colocada, que deja entrar apenas un hilo de luz a través del cual se filtra un fragmento de algo que en teoría no deberíamos ver. Después hay como un chisporroteo de electricidad. Finalmente, como si fuese la pantalla de un televisor que entra en sintonía, de repente uno parece ver algo. Yo estaba despierto, definitivamente despierto, y al mismo tiempo maravillado por aquellas imágenes que iban tomando forma ante mis ojos cerrados, provenientes de... ¿De dónde llegaban esas imágenes? Ese era el gran interrogante. ¿En qué lugar del universo estaría esa casa con un portón celeste, que yo jamás había visto antes, y que de repente vislumbraba a través de esa venda mal puesta que me permitía ser testigo de la formación de mi propio sueño? Intenté forzar levemente lo que veía, obligarlo a que me mostrara algo más, y descubrí con sorpresa que no era demasiado difícil hacerlo. Algo me despertó del todo, en ese momento, y no pude seguir investigando.
Pero entonces recuerdo el episodio de mi padre con mi abuela, y me digo que no hay forma de saber si realmente ella estuvo o no allí presente, aquel día, en aquel departamento. Sin embargo, lo cierto es que él la vio. A través de una venda mal colocada, que en algunas ocasiones, fugazmente, nos permite vislumbrar cosas plenas de misterio, que se supone que no deberíamos llegar a ver.
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jueves, junio 16, 2016
Olvidos
He soñado anoche,
con previsible angustia,
que comenzaba a perder
de manera escandalosa
grandes retazos de memoria.
Hubo en ello, estoy seguro,
una cierta alegoría,
algo así como una revelación:
no se trata simplemente de recuerdos
sino de algo más importante.
Curiosamente, en el momento mismo
de estar escribiendo estas líneas,
voy olvidando los detalles
de aquel sueño.
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miércoles, junio 15, 2016
Sin título III
Nos vamos disolviendo lentamente
en un mar de tiempo y de nada.
Miramos fotografías de otras épocas
con la misma extrañeza con la que
veríamos andar a un fantasma.
Somos nosotros, pero no somos.
Es apenas un rastro de lo que fuimos.
Poco a poco la memoria nos engaña.
Dejamos de recordar las cosas
para concentrarnos en el recuerdo
de las memorias que hemos construido
a través de los años, a la manera
de preciosas fantasías.
Suena Schubert mientras escribo
estas palabras sin un sentido cabal.
El no es todavía un recuerdo, o acaso sí
en cierta forma, pero está vivo en el instante
en que estas notas suenan y vibran en mí.
A veces siento que solamente el arte,
las diferentes formas de la poesía,
pueden llegar a salvarnos.
No de la muerte, ni del olvido,
pero sí tal vez de la vanidad
del momento evasivo en que somos
nada más para dejar de ser
en el instante siguiente.
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Sueño 150612
Sueño de nuevo con ascensores...
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martes, junio 14, 2016
Angustia
La angustia amanece como un enorme gato
montado encima de mi cuerpo inmóvil.
Quiero moverme, pero no puedo.
Allí abajo están las piernas, las siento,
pero no logro que me obedezcan.
También percibo los brazos,
la espalda atascada en el colchón.
Y ahí, encima de todo, ese enorme gato
que
impide cualquier movimiento.
Detrás del ventanal percibo el cielo plomizo.
Me pregunto qué hora será,
como si eso tuviese alguna importancia.
Apenas unas pocas palabras
acuden confusas a mi conciencia.
No comprendo lo que dicen.
Son oscuras y enigmáticas,
ideales para este extraño momento,
insondables como un sueño
o quizás como un poema.
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jueves, junio 09, 2016
Sueño 160906
Me desperté en medio de la noche, inquieto, con una de esas angustias informes y sin nombre que muchas veces insisten en presentarse, con prepotencia y sin explicación ninguna. Es inútil cuestionarles nada cuando esto sucede. No queda más remedio que dejarlas hacer, y también uno hacer lo que sea menester para atenuarlas. De manera que me levanté y caminé hasta la habitación, descalzo y como estaba, nada más con la ropa interior puesta. Como corresponde, mi mamá dormía del lado derecho, mi papá del lado izquierdo. Los dos estaban despiertos, sin embargo, y al verme entrar, con cierto sobresalto, mi padre se sentó en la cama, preguntándose tal vez si había sucedido algo malo. El pensamiento tiene a veces sus propios tiempos, y en el lapso que me llevó ir de los pies hasta la cabecera de la cama, incluso siendo mi paso decidido, reflexioné acerca de la situación: estaba repitiendo una escena que seguramente había tenido lugar muchas veces durante mi infancia. Un mal sueño, ir entonces hasta la cama de mis padres para buscar refugio; mi propia hija también ha hecho lo mismo tantas veces, buscando refugio en mi cama siendo pequeña, en medio de la noche. Y ella venía a mí, porque sabía que yo era más fácil de despertar que su mamá, que siempre tuvo el sueño pesado. La diferencia en este caso es clara, yo ya no soy un niño, sino un hombre de casi 50 años. Era razonable entonces la actitud de mi padre. ¿Qué podía haber sucedido para que ese hombre-niño llegase así, vistiendo nada más unos calzoncillos, con gesto angustiado y sin decir palabra, hasta la cama de sus padres? Sin darle ninguna explicación lo abracé, a él con su pelo blanco, y también a mi mamá. Los abracé sin decir nada porque, ¿cómo explica uno que nada más necesita la protección de sentirse abrazado por los suyos, amparado de nuevo, por un instante, ante todas las cosas que no comprende y presume que jamás llegará a comprender? En la infancia, por más que uno pregunte todo el tiempo los porqué de todo, no importa si muchos de esos cuestionamientos quedan sin respuesta. En el adulto, esas preguntas sin respuesta son angustiantes. Y durante ese abrazo silencioso me sentí afortunado de tener a mis padres. Y entonces me desperté de verdad, con medio cuerpo afuera de la cama, y tuve que hacer un esfuerzo para entender dónde estaba, para entender por qué estaba solo, para saber si de verdad mis padres estaban todavía vivos, y me sorprendí más tarde al darme cuenta de que no logro recordar a mi viejo sin su pelo blanco, ese signo de madurez pero también de fragilidad, porque marca el paso del tiempo, ese implacable.
Hoy también mi cabello tiende a volverse blanco.
Me costó volver a dormirme.
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martes, junio 07, 2016
Sin título II
"Yo no estoy loco"
es una frase que no dice nada,
ni siquiera lo poco que dice.
Porque todos los cuerdos manifiestan lo mismo,
y otro tanto aseguran también los dementes,
esos que dicen ser Bonaparte
y van al ataque de imaginarios gigantes
movidos por el viento.
"Yo sí estoy loco"
es en cambio una sentencia
mucho más interesante,
pues si alguien está trastornado
y lo reconoce, expresándolo abiertamente,
con ese sencillo gesto demuestra
un enorme resto de lucidez
impropio para un demente, por cierto.
Y si lo dice un cuerdo, bueno,
la contradicción es evidente,
algo funciona mal en la cabeza
de ese hombre que es cuerdo y no lo sabe,
o lo sabe y se rebela ante tanta cordura,
no sea que al final ella lo
termine enloqueciendo.
Pero después de todo,
¿cómo podría alguien saber
si está o no está en sus cabales?
¿Quién es el que define qué cosas?
¿Cuál es el parámetro para comparar?
Lo que se sabe es que hay algo distinto,
algo que no termina de encajar
por mucho que se intente.
Algo así como una marca en el suelo
que se salta con los dos pies juntos
pero que es al mismo tiempo un abismo.
Entonces alguien tiene que decirlo:
cuando alguna cosa no encaja
o con total evidencia está
. afuera de lugar
generando una desarmonía
son siempre al menos dos
las notas discordantes:
puede ser uno quien esté mal
o puede estar insano el mundo.
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lunes, junio 06, 2016
Sin título
Solamente quien haya estado allí
comprenderá lo que significa
resistir la tentación de no saltar al vacío
un día tras otro tras otro tras otro.
Es un esfuerzo enorme,
que se lleva toda la energía
que dadas otras circunstancias
uno hubiese puesto en
hacer las cosas de distinto modo.
Solamente quien sepa lo que significa
tener miedo de salir de su casa cada mañana
miedo grande por ser miedo informe
comprenderá el mérito que tiene
la empecinada resistencia
el terminar saliendo de todos modos
el no querer y pese a todo seguir
el desesperar pero seguir
el añorar e igual seguir
el no tener casi esperanza
y sin embargo seguir seguir seguir
solo porque todavía uno intuye
que hay cosas que valen la pena.
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domingo, junio 05, 2016
Efecto mariposa
¿Qué cosa será la cordura? Hoy no consigo darle una respuesta precisa a esta pregunta. Pienso incluso que tal vez hoy no estoy del todo cuerdo; que no consigo comprender bien ciertas cosas. Me doy cuenta de que tenemos una mirada demasiado limitada en relación al mundo. En relación a nosotros mismos, a nuestra identidad en vínculo con nuestra propia historia. A lo que hemos hecho, lo que hacemos, lo que hemos dejado de hacer. Pienso en el pasado, en el presente y en el futuro. En la delgada línea que nos separa de otras realidades posibles. En que acaso hubiese alcanzado ayer con cambiar un gesto mínimo para que hoy todo fuese diferente. Y seguramente también alcanzaría con cambiar hoy mismo el más mínimo gesto para...
¿Para qué? Pienso que tal vez pienso demasiado. El problema es la indeterminación. ¿Cómo saber si acaso el simple gesto de completar o no una frase, omitir un texto, levantarme ahora mismo para ir quién sabe adónde, a realizar qué cosa, o no hacerlo, si acaso todo eso no cambiaría (si acaso no está de hecho cambiando) el resto de la vida entera, para bien o para mal? ¿Qué cosas no estaremos determinando en nuestro futuro y el de otras personas ahora mismo, sin saberlo, con éstas, nuestras más mínimas e insospechadas acciones? ¿Será acaso lo mismo escribir o no escribir estas palabras? De repente pienso que tal vez sea precisamente esta, la indeterminación de las eventuales consecuencias de todas y cada una de las cosas que hacemos, lo que le otorgue un sentido a nuestra existencia. Un sentido que, por supuesto, no alcanzamos a comprender. Sea como sea, no nos queda otra salida más que continuar, viviendo y buscándonos.
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jueves, junio 02, 2016
Oración
"Dios nos libre y guarde", solemos decir,
con menos carga de fe que de costumbre;
al fin y al cabo el rezo que abunda no daña.
Pero el punto es que, en no pocas ocasiones,
lo que en verdad le imploramos a los dioses,
tanto da si son ellos reales o imaginarios,
es que nos protejan de los monstruos
que nosotros mismos creamos.
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miércoles, junio 01, 2016
Curiosidades
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miércoles, mayo 25, 2016
Poema sin título
La vida es en sí misma un absurdo,
un sinsentido que termina con la muerte.
Hagamos lo que hagamos,
el final ha de ser siempre el mismo.
Pero entonces el amor,
esa torpe ilusión que nos hace creer
que todo puede ser distinto,
que la vida vale la pena,
que algo en ella trasciende.
Ya sé que todo esto es vana ilusión.
Pero así y todo yo quiero enamorarme.
Pretendo decir,
que vos te enamores de mí.
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martes, mayo 24, 2016
Foucault
Parafraseando casi a Michel Foucault, hoy podría decir:
"No me pregunten quién soy, porque no lo sé.
Ni me pidan que siga siendo el mismo, porque eso es imposible."
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Palabras
Sugiere José Saramago, en algún lugar de sus Cuadernos de Lanzarote: "Tome las palabras, péselas, mézalas, vea la manera como se unen, lo que expresan, descifre el airecillo bellaco con que dicen una cosa por otra y venga a decirme si no se siente mejor después de haberlas desollado. A las palabras hay que arrancarles la piel. No hay otra manera para entender de qué están hechas."
Pienso, entonces, que lo único que en definitiva tengo son las palabras. No poseo otros valores, en verdad; ningún bien. Nada más las palabras, y por eso escribo. Y mis palabras dicen, sin lugar a duda. Dicen, porque ciertamente las desollo en cada ocasión, aunque al mismo tiempo pareciera a veces que ellas, recíprocamente, también me desollaran a mí. Dicen, no obstante lo cual lo que dicen no podría interesarle demasiado a nadie; solamente a mí. Y es que las palabras en realidad no dicen nada, ni siquiera lo que dicen, sino que son parte de un exorcismo, que me traslada por un rato a otra parte. Nada más que eso. Nada menos.
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sábado, mayo 21, 2016
Cambio de respuesta
Una vez me preguntaste si acaso pensaba que corría el riesgo de volverme loco. Te contesté que no, rápidamente. Que loco estaba el mundo, sin lugar a dudas, pero no yo. Si hoy me plantearas el mismo interrogante te pediría, antes de responderte, que definieras qué cosa debería entenderse por locura. Si se trata de un mal de la mente o del alma, por ejemplo. Y probablemente mi respuesta actual sería muy otra. La cordura, en lo que se refiere al alma, es un defecto que me ha abandonado hace ya un tiempo largo. Y en cuanto a mi mente, no pongo las manos en el fuego. Los desvaríos son cada vez más frecuentes, y sería una necedad negarlo. Por no decir... una locura.
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Abismos
Perdoname.
Estoy repleto de vacíos.
Vacíos que no se dejan llenar de ningún modo.
Si te lo ponés a pensar un poco
esto explica tantas cosas.
Hay un abismo dentro de mí.
No es tu culpa no haber logrado llenarlo.
Pero tampoco es mi culpa.
Yo no quisiera sentir estas cosas que siento,
que me abruman, que me ahogan.
Esta soledad.
Este sinsentido.
Esta locura.
En cierta forma
yo soy un abismo.
Estoy repleto de vacíos que
no se dejan llenar de ningún modo.
Me miro en los espejos y no me reconozco.
Sinceramente no sé quién sea ese
que me mira desde el cristal
desde esos ojos tristes
que nadie jamás ha desentrañado.
Ni siquiera yo mismo.
No es tu culpa.
Perdoname.
Tal vez, si realmente te quisiera,
debería terminar de alejarme.
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Sueño 160521
La sensación ha sido horrible. Estremecedora. Estaba soñando, vaya a saber con qué estupideces. Quiero decir: recuerdo algunas imágenes sueltas, inconexas, pero sé que toda la noche estuve soñando con cosas sin demasiado sentido ni argumento. Esos sueños tontos, que se traban todo el tiempo, que no avanzan, que en algún punto molestan precisamente por eso, porque no avanzan, porque no van a ninguna parte. Y después he soñado con algo estúpido, pretendidamente gracioso. No recuerdo qué haya sido, pero me he despertado riendo. Riéndome ya no recuerdo de qué estúpida cosa. Pero entonces ahí, justo en el filo del despertarme del sueño, sucedió. Todavía estaba dormido y riéndome. Despertándome a causa de mi propia risa. Cuando algo adentro del sueño me plantó cara a cara, con una aparente lucidez espantosa, ante la vacuidad de la intrascendencia. El sinsentido. La futura desaparición de quien no deja ningún rastro. La soledad total. El abismo. Y me desperté justo para descubrirme en el momento en el cual la risa pasaba a convertirse en agitación, en angustia, en llanto. Tengo todavía el pecho estrujado. Respiro con dificultad. ¿Ves? A esto es a lo que le tengo miedo. A la vacuidad de la intrascendencia. A este vacío que buscamos llenar como podemos, con lo que tenemos a mano, pero que no se llena no se llena no se llena nunca. Y nos negamos esa verdad, por supuesto. Pero la muy hija de puta nos asalta a veces en sueños. Me levanto. No porque ya haya descansado lo suficiente. Sino porque de pronto me da miedo volver a dormir otra vez.
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jueves, mayo 19, 2016
Constelaciones familiares
Le pedí un poco más de tiempo.
No estaba preparado para la despedida.
Aunque después uno se da cuenta:
hay despedidas para las cuales
jamás jamás jamás estaremos preparados.
Pero mientras tanto...
al menos un poco más de tiempo.
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lunes, mayo 16, 2016
Los que no pueden más
"Los que se hacen daño no saben que dañan a otros", me dice un antiguo camarada del colegio, mientras aguardamos novedades sobre el estado de la esposa de otro amigo, que yace en coma en un hospital después de haberse atiborrado de clonazepam y de haberse inyectado una sobredosis de insulina. Coma hipoglucémico, explica Google que se llama el cuadro, y al parecer no es la primera vez que a alguien se le ocurre terminar con su vida de esta manera.
Yo entiendo lo que ella debe haber sentido, debo reconocerlo. Repetidas veces han pasado por mi cabeza perversas ideas que me acercaron de un modo u otro hacia ese sitio. Hoy imagino, al mismo tiempo, lo que deben estar transitando esos otros de los cuales habla mi compañero: el esposo, sus hijos. Todo esto me parece un espanto. El juego entre la vida y la muerte, la delgadez de la línea que separa una cosa de la otra.
Y sin embargo, no puedo dejar de pensar al mismo tiempo en algo que expresó alguna vez Emile Cioran a este respecto: "El suicidio es un idea positiva. Dado que la vida no tiene sentido, que sólo se vive para morir, saber que uno puede suicidarse en cualquier momento la hace tolerable. Es una idea que nos calma, que nos satisface."
Confieso tenerle mucho miedo a la muerte. Y también a la decadencia que muchas veces la anticipa. Supongo que es bueno saber que uno puede cancelar esa espera angustiante, inevitable, en el momento en que así lo decida. Un triunfo modesto, como podría serlo el decirle a la muerte: "Renuncio en este momento porque así yo decido hacerlo. Te quito el poder de que seas vos quien decidas cuándo sacarme del medio." Como quien renuncia a un trabajo en el cual lo explotan, dando encima un portazo, por más que no se tenga nada mejor en vista.
Tengo aquí también presente, de todos modos, a Harry Haller, aquel personaje imaginado por Hermann Hesse, protagonista de su novela El lobo estepario, declarado suicida que, precisamente por serlo, por estar sinceramente dispuesto y no tener en consecuencia más nada que perder, vive con mayor intensidad que aquellos a quienes el miedo a la muerte y la consecuente prudencia les veda el camino a las acciones más riesgosas. Harry Haller, en cambio, siquiera por curiosidad se atrevía a dar un paso más, para ver qué cosa podía llegar a depararle el día que siguiera. Cuando todo fuese realmente penoso, el ya tenía una salida asegurada.
El tema no es de tratamiento sencillo, por supuesto. Pero coincido con Cioran en que la idea de poder ser los dueños de nuestra propia muerte acaso haga la vida más tolerable. El punto, de todos modos, es cómo podríamos lograr ser los dueños de nuestra propia vida. Allí radica el gran desafío.
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viernes, mayo 13, 2016
Irreversible
La caída libre
La oscuridad de la noche
El frío en la piel desnuda
El vértigo el vértigo el vértigo
Algo parecido a la curiosidad
Por saber cómo será la nada
Despertar de golpe
Caer en un nuevo sueño
Inevitable
Inextrincable
Irreversible
En el mundo de los
Sueños acaso los
Hombres vuelen y
No haya arriba ni
Tampoco abajo y
Mucho menos nunca
Ni para siempre
Pero yo creo
Estar despierto
Al menos
Creo eso.
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miércoles, mayo 04, 2016
Negritud
La añoranza vana de lo que no fue.
Y encima este hartazgo sempiterno
que tanto es tuyo como mío
y honestamente, de algún modo,
bien podría plantearse como
un eje de mi propia naturaleza.
Es un poco como si yo fuese negro
y vos te hartases de mi negritud.
Muy a mi pesar, nadie podría
culparte por tu hartazgo
siempre siempre siempre
esta misma absurda piel sin luz
este mismo color falto de relieve,
cómo alguien podría acusarte
por tu justificado aburrimiento.
Pero tampoco sería justo
dejémoslo aquí dicho al menos
hacerme cargar con la culpa
por tener esta piel oscura.
No he sido yo quien la ha elegido.
Yo apenas soy aquel
que debe llevarla a cuestas
lo mismo que esta tristeza
o esta repetida agonía.
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viernes, abril 29, 2016
Identidades
Hablando de temas vinculados a la cordura y la locura, alguien me envía un mensaje que alude a aquel pasaje en el cual don Alonso Quijano, más conocido como don Quijote, asegura, literalmente:
"Yo sé quién soy."
No obstante lo cual, todos lo sabemos, Quijano estaba más loco que una cabra. Vale decir, más loco que una cabra loca.
¿Y en mi propio caso? ¿Tengo tan por cierto quién soy yo, en definitiva, o soy también como don Quijano? La primera respuesta que viene a mi mente entonces es la que sigue, y bien podría decirse que es menos ingeniosa que cierta:
"Yo también sé quién soy: soy alguien que sabe que no está plenamente seguro de quién diablos sea."
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jueves, abril 28, 2016
Indicio de cordura
Escribir poemas
acerca de la locura
a las cuatro de la madrugada
en medio de la oscuridad y el silencio
cuando todo el mundo duerme
después de haber despertado
de una pesadilla horrible
acaso eso sea el único
indicio de lucidez
de coherencia
de cierta sabiduría
o escueta señal de cordura
de la cual puedo jactarme.
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Sueño 164028
La puerta de metal
Yo la golpeaba mientras gritaba
mientras gritaba / gritaba
porque otra cosa no podía hacer
así son los hospicios
gritaba y golpeaba la puerta de metal
indefenso y pequeño
y desgarraba yo mismo mis ropas
como si en verdad quisiera arrancar
mi piel mis ojos mi alma
la culpa de Edipo de Orestes de todos
y el espanto de que nadie entendiera
y que en el fondo nada de eso importase.
Yo debería estar enseñando
a todos estos que me mandan
que aseguran que están para cuidarme
pero lo único que quieren es
que permanezca callado y quieto,
y él me miraba y asentía
y me decía que así es
que así son los hospicios.
Despertar entonces jadeando
los ojos enrojecidos
las mejillas mojadas
el alma plena de angustia
no fue más que un sueño
en el reloj no son las cuatro
y querer volver a dormir
y no poder / sentir el miedo
mirar el televisor colgado en la pared
para distraerme
para olvidar la pesadilla
y ver allí otra vez
en la pantalla encendida
el cielo cerrado del hospicio
las paredes infranqueables
la puerta de metal
y golpearla / golpearla
y rasgar mis vestiduras
y gritar, de nuevo.
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martes, abril 19, 2016
La materialidad del vinilo
Un artículo publicado por BBC News (Sylent vinyl: Buying records without a record player, 14 de abril de 2016) da cuenta de un curioso fenómeno: en un contexto donde predomina el consumo de música en diferentes formatos digitales, incluso sin soporte físico, el mercado del disco de vinilo parece volver a fructificar. Las ventas del último año crecieron un 60% respecto del anterior, alcanzando niveles que no se veían desde la década de 1980.
Pienso entonces en el ritual que significaba, en otro tiempo, la compra de un vinilo, la cuidadosa elección del disco, presuponer sonidos a partir del arte de tapa, llevar nuestra flamante adquisición a casa, retirar el disco de su funda, ponerlo con cuidado en la bandeja, disponerse a escuchar la música contenida en ese curioso objeto, delicado, negro, redondo, perfecto. Colocar finalmente la aguja del tocadiscos en el inicio del surco, y después simplemente dejarse llevar por los sonidos allí guardados, hasta el preciso momento en que la púa concluya su danza, su mágico recorrido.
Sin embargo, la información del artículo entra en un punto en contradicción con toda esta mitología: al parecer la mitad de los compradores de vinilos jamás escuchan sus discos. En muchos casos los mantienen cerrados, y hay quienes incluso carecen de una bandeja en la cual poder tocarlos. ¿Será acaso una cuestión fetichista, entonces? ¿Un gesto vinculado a la nostalgia? ¿Un afán coleccionista? Una cuestión es cierta: no importa qué tan bien suene un archivo de música guardado en un pendrive o en el disco rígido de una computadora: hay allí una materialidad ausente que pone de relieve un defecto. Es cierto que la naturaleza de la música radica en ser escuchada; pero el hecho de tener en nuestras manos un objeto que corporice esos sonidos, que los contenga, supone un plus que la convierte en algo más.
Yo tengo mucha música digitalizada. Más de la que puedo llegar a escuchar, tal vez, en lo que me resta de vida. Sin embargo, sigo reconociendo la magia de un buen disco. Así como existe el "libro objeto", cuyo valor se ubica más allá del contenido del texto que encierra para extenderse sobre su materialidad, del mismo modo sucede con la música. Y acaso también con las personas, aunque esto último a veces no lo tengamos tan en cuenta.
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