La lluvia, como todas las cosas de este mundo,
carece en sí misma de un significado o de un valor.
Somos nosotros quienes le asignamos un sentido.
Y ese sencillo gesto, curiosamente, nos humaniza.
Hubo un tiempo, por ejemplo, durante el cual
la lluvia representaba para mí una inquietud,
pues poco antes mi casa se había inundado.
Hubo también un tiempo en el cual la lluvia era
algo así como un llanto del alma caído desde el cielo,
o la angustiante premonición de un dolor interminable.
Sin embargo, un buen día la lluvia se convirtió
sorpresivamente en algo diferente,
en algo para ser contemplado y compartido,
en algo más cercano a la alegría que a los pesares.
martes, enero 31, 2017
Lluvias
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viernes, enero 27, 2017
martes, enero 24, 2017
Olvidos
Hoy me ha sucedido algo extraño
(me tienta la palabra siniestro).
He leído un poema.
Un poema no demasiado antiguo,
bien puedo dar fe de ello.
De inmediato he reconocido
el poema en cuestión como propio,
y sin embargo,
por más que lo intenté,
no pude recordar dónde ni cuándo
ni en qué circunstancia ese poema fue escrito.
Tampoco a quién tuve yo en mente cuando
aquellas palabras encontraron su forma.
Pienso entonces en la fragilidad de
nuestras humanas conciencias
y de nuestros recuerdos;
en lo poca cosa que somos,
que buscamos eternizar un momento
a través de un miserable poema
solo para comprender al cabo
que estamos hechos de olvido.
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jueves, enero 19, 2017
Libros sagrados
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jueves, enero 12, 2017
Diferentes tiempos
Hubo un tiempo en el cual
las horas transcurrían lentamente
como un glaciar dormido
o un río de aguas congeladas,
como uno de esos sueños en los cuales
todo transcurre de manera pausada,
tiempo fuera del tiempo,
y sin embargo
al cabo uno descubre
que los años han pasado
veloces como la luz
o como el tiempo mismo
que no se detiene
y no hay vuelta atrás.
Pero también está el presente
en cierto modo inaprensible
pero absolutamente real
un pájaro que bate sus alas en el cielo
una boca que acaricia otra boca
unos dedos que eternizan su roce
sobre la piel de una persona amada
la lluvia cayendo sobre nosotros
nosotros entrando en el agua
una risa que resuena y nos despierta
un gemido que nos enciende
un soplo de aire fresco
un instante un instante un instante
que ya pasó, pero durante
ese instante perdura.
Estas palabras.
Ahora mismo.
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De(se)ados
Enredados
confundidos
entrelazados
hasta el punto de
que ya no sepamos
adónde termina uno y
adónde comienza el otro
penetrados
enmarañados
amalgamados
nuestras lenguas se llaman
nuestros sentidos se juntan
nuestras miradas se encuentran
mi boca en tu boca en mi boca
tu pierna mi pierna tu pierna
tu espalda desnuda
y tus senos que atestiguan
el milagro del encuentro
tus cabellos desordenados
una respiración compartida
o tal vez un gemido
y mis manos
y tus manos
nuestras manos
nuestro deseo
nuestro anhelo
nuestra alegría.
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martes, enero 10, 2017
Como espejos de agua
Dejame que te diga que
hay ojos como espejos de agua,
claros, magníficos, transparentes,
y otros que son como mares profundos,
en los cuales, quien se asoma una vez,
desea luego bucear eternamente.
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