Te confieso
que me gustaría
tenerte aquí a mi lado
preferentemente desnuda
acostada conmigo en la cama
nada más para abrazarte en silencio
y sin que me preguntes nada
del mismo modo en que tampoco
le pregunta nada el oasis al sediento
que llega deshauciado hasta sus aguas
con la esperanza de hallar en ellas algo
que le permita sostener otro poco la vida.
Quiero que vos seas para mí ese oasis
ese pozo de agua cristalina y fresca
ese sustrato vital que justo llega
cuando todo lo demás parecía
ser solo arena calcinada y muerta,
tu piel, tu abrazo, tu beso,
tu silencio, tu calma,
ese es mi reposo.
miércoles, abril 01, 2015
Oasis I
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