domingo, septiembre 29, 2024

Nadas

No deja de ser curioso:
nos consideramos tan importantes,
defendemos con una pasión tan poética y salvaje
nuestras ideas, nuestras creencias, nuestros gustos,
nuestro honor, nuestra moral, nuestros discursos,
como si todo eso fuese algo más que fugacidad vana.
No habrá al cabo de un tiempo poesía, ni afanes,
ni dioses que nos salven del olvido;
no hay Einstein, ni Mozart, ni Shakespeare,
ni ancestros, ni padres, ni amores,
ni nada que no esté condenado a perderse.
Todo se extingue y no somos más que un paso
detrás de otro paso y otro más,
en una breve marcha hacia el vacío;
y sin embargo
el universo no tendría ningún sentido de no ser por nosotros,
miserables mortales que atestiguamos su existencia.
Pero habrá que pensar entonces
si acaso ese detalle tendrá alguna importancia.
Qué puede importarle al fin y al cabo al universo
que alguien lo piense o deje de pensarlo.

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