sábado, agosto 23, 2008

Virus informático

Hace algunos años recibí un virus informático. Nunca supe quién lo había enviado, ni por qué razón lo recibí yo. Aunque sospecho que esta clase de virus muchas veces llegan por obra de un azar. Sospecho también que la mayoría de las personas que como yo recibieron este mismo virus ni siquiera se habrán dado cuenta de que lo era. Porque por lo general los virus informáticos atacan las computadoras, o las redes, o los sistemas, y este virus en cambio es informático sólo en cuanto a su modo de transmisión, pero no afecta a la máquina, sino al hombre. Y ni siquiera en todos los casos, sino apenas a unos pocos particularmente sensibles a esta clase de infecciones, como aparentemente ha sido mi caso.

Califico a este virus de informático pues fue recibido a través de un correo spam, enviado a quién sabe cuántos cientos de computadoras además de a la mía. Al igual que un virus, al instalarse (no en la computadora, en este caso, sino en la conciencia del hombre) genera una mutación, a veces imperceptible, en aquellos sujetos que no se hayan declarado inmunes. Y como el virus de computadora común y corriente, éste también se reproduce, en este caso aquí, a través de este blog, que también es de hecho un medio informático.

Correo spam, entonces (retomo al relato de cómo se recibió este virus), que al abrirse deja ver en la pantalla estos versos:

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Esto aparte, tengo en mí todos los sueños.

Esos cuatro versos fueron suficientes para que yo supiera, en ese mismo momento, que había sido infectado. Que no iba a poder dejar de leer lo que siguiera, y que ya nunca iba a poder liberarme del todo de aquellas palabras, que al pie terminaba firmando un tal Fernando Pessoa.

Como yo soy más prudente, no dejo el resto de aquellas líneas aquí mismo, en esta ventana, sino en el primer comentario de esta entrada, para que lo lea solamente quien se considere inmune a estas cosas (pero entonces no tendrá sentido que se tome el trabajo) o quien desee arriesgarse, a sabiendas de lo que hace.

miércoles, agosto 13, 2008

EXIT










Paul Auster es un escritor que no me interesa demasiado y al cual no respeto particularmente, y además me fastidia un poco esa fascinación que parece despertar en algunas personas que sí me interesan y a las cuales respeto. Más allá de lo dicho, recién leo en el blog de una amiga una cita del referido Auster que por algún motivo que no termino de entender me llama poderosamente la atención.

"A pesar de lo que uno pueda creer, los sucesos no son reversibles. El hecho de que uno haya podido entrar, no significa que vaya a poder salir; las entradas no se convierten siempre en salidas, y nadie garantiza que la puerta por la que uno ha entrado hace apenas un minuto esté aún allí cuando se la busque un instante después. Así son las cosas en la ciudad. Cada vez que uno cree saber la respuesta a una pregunta, descubre que la pregunta ya no tiene sentido."
(P.A., El país de las últimas cosas)

viernes, agosto 01, 2008

Koan Zen Panda

Alguien me recomienda una película. Una película para chicos, y tal vez la aclaración sea innecesaria. ¿Acaso las películas para chicos sólo deben ser para los chicos? Yo estoy seguro de que no es así. Porque cada vez que voy al cine con mi hija suelo reirme yo más fuerte que ella, para consternación de la pequeña, que cada vez se fija más en la mirada de los demás. Cosas de la edad, supongo.

Pero de todos modos el punto no es este, sino que junto con la recomendación en cuestión viene una frase, que al parecer es dicha por uno de los personajes, a los pocos minutos de haber comenzado la película: "A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo."

No sé qué pueda significar esta sentencia en el contexto de mi vida actual. Qué extraño presagio, quizás, para el caso de que un presagio sea. O qué nada, finalmente, que las cosas no tienen por qué tener necesariamente siempre un sentido.

Lo único cierto es que un extraño impulso me lleva a dejar anotada esta frase aquí. Cosa que hago, como habrá podido verse.