jueves, noviembre 20, 2014

Cuentos de hadas II

En efecto, tal como escribí en otro momento, las historias de hadas son perversas, pues proponen ideales utópicos al lado de los cuales cualquier realidad posible siempre nos parecerá poca cosa. Tal vez el único modo de ser plenamente felices sea comprender que en la vida real, a diferencia de lo que sucede en los cuentos de hadas, los finales felices no existen. Lo que sí existe es el mientras tanto.


jueves, noviembre 13, 2014

Cuestión de fe

Si nada somos, más que tiempo
y las cosas que en él transcurran,
cualquier angustia es vana.
A lo sumo, ese dolor podría
ser tenido como un acto
de rebeldía ante Dios,
como un gesto de protesta.
Pero si nada somos,
es probable que tampoco nada
sea ese Dios deseado,
cubierto de incertidumbres,
y entonces ni siquiera
ese acto de rebeldía
tendría tampoco sentido.

"Pero en algo tenés que creer",
me dice entonces un crédulo.
Y sinceramente hay días
en que quisiera creer en algo,
pero con la voluntad no alcanza.
Verdad de perogrullo:
No puede creerse en aquello
en lo cual no se cree.
Me pregunto entonces si Dios,
para el caso de existir,
pobre santo, al fin y al cabo,
creerá acaso en los hombres
o tan siquiera en sí mismo.

Me simpatiza de pronto la idea
de un Dios ateo, incrédulo, escéptico,
tan parecido a los hombres
o por lo menos a mí mismo,
que sin ser ateo no logro creer,
por mucho o poco que me lo proponga.
Si alguien lo quiere a este Dios que
acabo de inventar se los ofrezco:
pueden rendirle culto sin cuidado,
que no es un Dios vengativo,
aunque acaso sí algo sordo.
Yo me disculpo del rito: hoy ando
sin demasiadas fuerzas para esas cosas.


miércoles, noviembre 12, 2014

Sueño 141112

Acabo de soñar,
con una claridad definitiva y brutal,
que somos apenas un poco de tiempo,
una conciencia momentánea,
que pronto se extinguirá,
del mismo modo en que
se extingue una vela.
Y que después
sencillamente
no hay nada.
Ahora estoy despierto.
La conciencia insiste con ideas
ya no digo de dios,
pero sí de trascendencia,
como para evitar al menos
el abismo
del sinsentido.
Pero lo cierto es que dudo,
que no sé si el hecho de
estar ahora despierto
modifica en algo
la eventual realidad de lo soñado.
Hay una única cosa que sé:
El tiempo es breve.


domingo, noviembre 02, 2014

Intoxicado de sombra

Yo no sé si te acordarás, porque fue hace mucho.
Vos lo definías como "la sombra".
"A veces llega la sombra y se instala", decías,
y no hacía falta mucha más explicación,
si es que acaso la había.
Por entonces nosotros solíamos andar mucho juntos,
y no eran necesarias demasiadas palabras para entendernos.
O para creer que nos entendíamos, al menos.
Después dejamos de frecuentarnos,
pero cada vez que la sombra llega y se instala
no puedo dejar de acordarme,
y me pregunto cómo hacías para lidiar con ella,
o si es que realmente vale la pena intentarlo,
o si lo mejor no será resignarme y dejarla estar,
hasta que la sombra se disuelva,
o hasta que ella y yo nos disolvamos juntos,
en una comunión tan natural como inconcebible.