miércoles, noviembre 16, 2022

Un pájaro en mi balcón

Hay un pájaro en mi balcón
es tan pequeño
tan frágil
tan libre
estaba pensando en mi padre
cuando apareció ese pájaro
vaya uno a saber de dónde
como un mensaje
como un presagio
que no alcanzo a entender.

Tengo ganas de llorar
desde hace días
que tengo ganas de llorar
sin un motivo
sin una razón clara
lo tengo todo:
estoy vivo
en este instante
durante este breve instante
pero no alcanzo a comprender
el sentido de las cosas
se me escapa

Como ese pájaro
que ahora mismo vuela
de nuevo hacia su nido
o vaya uno a saber adónde
quizás tampoco él comprenda
quizás ni siquiera se pregunte



jueves, noviembre 03, 2022

Hijos del hombre

Y si acaso la idea de un Dios no fuese
sino una manera de engañarnos,
un invento de los hombres,
una faceta más del hombre mismo,
de los hombres el hijo.
O no se presentó Jesús ante nosotros
como hermano nuestro, hijo del hombre.
La Trinidad ha sido mal interpretada:
no hay nada fuera de nosotros.
Tú eres Dios, yo soy Dios,
Dios es todo... y es nada.

La verdad última es sencilla:
no hay ningún modo de saber: ninguno.
Tan absurdo es negar como afirmar.
Allá cada quién con sus ilusiones,
sus ideas, sus ridículas certezas.
Por mi parte, prefiero dudar.
No afirmo ni niego: simplemente dudo.
En cualquier caso, no hay diferencia:
lo que sea, será; sin importar
lo que usted crea, o lo que crea yo,
o lo que diga cualquier otro.
Si existe un otro lado
celebraré llegada la hora.
Si no hubiese nada,
ni creyentes, ni ateos: ninguno
se enterará siquiera del tema
como para decir "te lo dije".

Salvo que creer sea crear,
con lo cual los dioses seríamos nosotros.
O salvo que, por supuesto,
defendamos la idea de un dios tan cretino
que solo permita pasar del otro lado
a quien haya dedicado su vida a alabarlo,
acertando además en alabarlo justo a Él,
al dios correcto entre los miles de dioses
que han sido adorados a través de los tiempos.
Pero creer en un dios semejante
a mi modesto entender
lindaría con una vil herejía.
Puede que a muchos molesten mis palabras.
Pero me divierte pensar que tal vez
solo tal vez, por supuesto
Dios el verdadero– esté de acuerdo conmigo
y ahora mismo sonría, complacido.