martes, enero 31, 2012

De nuevo: La pregunta sin respuesta

Instrucciones sugeridas: Leer el texto transcripto debajo, lentamente, en voz alta. Enseguida escuchar, en absoluto silencio, "La pregunta sin respuesta" de Charles Ives.
Reflexionar sobre la experiencia.



Justo antes de morir, Gertrude Stein preguntó:
"¿Cuál es la respuesta?"

Nadie dijo nada. Ella se hechó a reir y dijo:
"Entonces, ¿cuál es la pregunta?"

Luego murió.

(Donald Sutherland)


lunes, enero 30, 2012

Spleen



Heme aquí, harto.
Harto ya de estar harto,
como decía aquel catalán.
Heme aquí, cansado,
hastiado, aburrido,
asqueado por no poder
dejar de ser siempre yo mismo,
siempre este mismo tedio,
esta tensión absurda,
esta hora incierta.

Adónde habrá escapado la poesía,
adónde las certezas,
adónde todo aquello que
hasta ayer parecía tan sólido
y hoy se ha desvanecido en el aire.

Sólo el arte podrá redimirnos,
leo en un papel escrito a mano
que acabo de hallar entre las
páginas de un libro cualquiera.
Sinceramente no recuerdo
cuándo escribí semejante sentencia.
Pero encuentro en ella un sentido.
Y luego me digo, casi como una
advertencia, que el arte tiene
múltiples y misteriosas formas.

Germán A. Serain

domingo, enero 29, 2012

Erótica I



Ella conoce la perfecta justeza
y la eterna constancia de las cosas.
No discute. Sólo calla y se marcha,
para bañarse desnuda y admirar su cuerpo.

Quisiera escribir sobre ese cuerpo
palabras que ningún diccionario
se atrevió a contener jamás.
Palabras inventadas,
de un idioma desconocido,
palabras que lo digan todo y que
al mismo tiempo no digan nada.

Son solamente palabras, es claro.
Pero también son hechos.
Pues ella adora su cuerpo tanto
como yo mismo quisiera poder hacerlo.

Nada más son palabras, pero no te engañes.
Si detrás de estos verbos no hubiese
un verdadero cuerpo que se dejase imaginar,
pero también mirar, tocar, besar, lamer,
acariciar, penetrar, gozar, morder,
las palabras serían vacías,
no representarían nada.

Ya ves... escribir es una forma de evasión.
De evasión y permanencia.

Germán A. Serain

sábado, enero 28, 2012

Abecedario, alfabeto... La palabra y el dolor

Me llama la atención un comentario, respecto del lenguaje, realizado por un autor griego llamado Vassilis Alexakis, quien descubre:

"Cuando sufrimos, decimos 'ah', no decimos 'i'. Todos los alfabetos comienzan por la letra 'a', como si hubieran nacido del dolor."

¿Habríamos entonces de vincular la palabra con el dolor?...
¿Y el silencio, en tal caso, habría de relacionarse con la alegría?...

Definitivamente esto último sería partir de una premisa equivocada: lo contrario del dolor no es la alegría, sino el equilibrio. Pero una vez comprendido esto, es verdad que quien se encuentra en equilibrio no necesita de las palabras; o por lo menos no las necesita tan urgentemente como quien se encuentra eufórico, o sumido en la tristeza, o sencillamente desesperado.

Hay palabras, tal vez muchas. Y hay poetas, acaso pocos. También hay quienes han reclamado en el poeta un espíritu incapaz de permanecer callado. Y otros, como el chileno Roberto Bolaño, que lo imaginaron como un ser silencioso, al hacerlo decir: “Hoy no pasó nada. Y si pasó algo es mejor callarlo, pues no lo entendí.”

Lo cierto es que el poeta siempre dirá algo. Porque existen diferentes modos del decir, incluso en el seno mismo del silencio. Así también hay una poesía para uno mismo, una poesía ensimismada, por decirlo de algún modo. Y otra que no quiere quedarse en silencio, y busca todo el tiempo el asalto a los demás. La palabra y el silencio. Ambas posibilidades son, cada una a su manera, bellas. Como bello es eso que al mismo tiempo se expresa y se calla. Belleza indefinible. Acaso por eso mismo más profunda.

viernes, enero 27, 2012

Modigliani - Sueño con una mujer desnuda


“Voy a encantarte desnuda”,
susurró la vida al oído del soñante,
quien entonces, por supuesto, se entregó
a un sueño todavía más profundo.

Son muy curiosos los sueños:
nada de lo que en ellos sucede,
puestos a hablar estrictamente,
resulta ser verdadero ni cierto.

Y sin embargo, para quien sueña,
ninguna cosa merece ser tenida
por más real que esas imágenes
misteriosas, a la vez que innegables.

Un hombre tiene una pesadilla.
Puede que ni ese monstruo
ni aquel demente homicida
sean en absoluto reales.

Pero sí son reales, en cambio,
el temor, la inquietud, el miedo
de quien sueña, puesto indefenso
ante semejantes amenazas.

Pues bien: del mismo modo,
cuando uno sueña que la vida se ofrece
desnuda, pasional y prometedora,
puede que nada de ello en realidad exista...

Pero en el ingenuo soñante subsistirán
la inquietud, el ansia y el deseo,
incluso después de que las luces del alba
hayan disuelto fantasma tan bello.

Es tal como dijo el viejo filósofo:
Dioses en tanto soñamos,
apenas somos pordioseros en el
momento cruel del despertar.

Germán A. Serain

jueves, enero 26, 2012

Escaleras y perspectivas


Alguien cuestiona la razón de ser de una escalera que no conduzca a ninguna parte. Hay escaleras así, por raro que parezca; basta con que busquemos un poco para que nos encontremos con una de ellas.

Entonces alguien más reflexiona, y responde que ella bien podría servir, sencillamente, para que podamos saber cómo se ven las cosas desde ahí arriba. Y me parece un hermoso pensamiento.

miércoles, enero 25, 2012

Picasso y el valor de una firma

Pequeña anécdota, seguramente apócrifa... o tal vez no: Cuentan que después de una cena con amigos, Pablo Picasso paga la comida haciendo un dibujo en el mantel que viste la mesa que acaban de utilizar. La dueña del local acepta el gesto, pero le pide al artista que añada su firma al dibujo. A lo cual Don Pablo contesta: "Estoy pagando la cena, no comprando el restaurante."

Sea o no auténtica la historia, deja una pregunta flotando en el aire... ¿El valor de la obra de arte depende de la obra en sí misma o deriva de su autoría, real o presunta? Buen tema para un debate, aunque supongo que el mercado ya ha definido una respuesta.


 

martes, enero 24, 2012

Pulsiones

"Nuestro primer impulso es descifrar lo que percibimos a nuestro alrededor, 
como si todo lo que hay en el universo tuviera un significado." 
(A. Manguel)

Ella es un misterio.
Por supuesto, todos lo somos, en cierta medida.
Pero en ella el misterio es denso,
inexpugnable, como una paradoja.

¿Será tan fuerte el deseo por develar lo oculto
como para empujarnos a enfrentar el secreto
que subyace detrás de esa simple belleza?

¿Qué tan extenso debería ser un poema?
La respuesta es sencilla:
El poema acaba cuando ha dicho lo necesario.

Misterio
Deseo
Pasión
Pulsión de vida
Pulsión de muerte

Germán A. Serain

jueves, enero 12, 2012

Mientras tanto

¿Cuántos años tendrá ella? No lo sé, y no hace falta preguntarle, porque a duras penas creo que supere la mitad de los míos. Por eso me llama la atención esto que ha escrito: "Los finales felices son historias sin acabar", dice. Y la sentencia es tremendamente lúcida para alguien de su edad.

Pero encuentro las palabras justas para responderle: Le digo que es cierto, que los finales felices son solo historias sin acabar, en última instancia porque un poco más allá a todos nos espera la muerte. Un simple problema de puntuación; ese feliz no es un punto final, sino apenas un punto y coma... Pero muy a pesar de ello, no debemos perder de vista que también existe el mientras tanto.