domingo, mayo 06, 2012

Palomas


Ella mira al anciano que le da de comer a las palomas. Según le dirá más tarde a alguien más, lleva en sus manos llenas de migas más alimento del que guarda dentro de su propio pellejo. ¿Por qué hace lo que hace?, se pregunta, sin que nadie le ofrezca una respuesta. Entonces, al llegar a su casa, ella abre su block de notas y escribe:

"¿Usted alguna vez se puso a pensar qué se esconde detrás del acto de dar de comer a una paloma? El ave no necesita de las migajas de la mano de un humano para vivir, puesto que sabe donde conseguir su alimento. En la acción de alimentar a una paloma se esconde un deseo de volver la vida más poética. Pero también se encubre un deseo oscuro fundado en que algo tan libre como un ave se valga de uno por unos momentos."

Es verdad lo que ha escrito ella. Como también es cierto, y no hay que olvidarlo, que hay quienes tiran migas con el secreto propósito de que alguna paloma se acerque lo suficiente, para poder cazarla y hacerla luego con polenta. Esta clase de personas -de más está decirlo- poco y nada sabe de la vida poética, por supuesto.

3 comentarios:

Germán A. Serain dijo...

"Un anciano ofrece migas de pan a las palomas. Lo sostiene con su mano izquierda y con los dedos comedidos de la derecha lo desmorona y las esparce. Todo lo realiza con una sonrisa y una mirada de ternura. Sólo las palomas ven que el pan es rojo y que el anciano se está quedando sin corazón."

Lo escribe alguien llamado Rael Salvador, en el post del cual tomo la imagen que ilustra la presente entrada.

Germán A. Serain dijo...

Ah, por cierto: Ella se llama Daniela Jimena Gonzalez y es estudiante de la UBA.

CRHISTIAN PANDULLO dijo...

DANIELA SIEMPRE TAN INTELIGENTE CON SUS REFLEXIONES, Y ADEMÁS TAN HERMOSA!BESO!ESTÁ BUENO EL BLOG TE FELICITO GERMÁN. CRHISTÍAN PANDULLO.