domingo, julio 21, 2013



Dr. Jeckyll y Mr. Hyde se miran, se estudian, se miden con recelo. Sólo es cuestión de tiempo: en cualquier momento sobrevendrá el ataque recíproco, la lucha encarnizada y sangrienta. Los puñales ya se disponen a cortar, perforar, mutilar, desgarrar las carnes de uno tanto como del otro. La sangre derramada será la constancia de la incompatibilidad entre ambos. Sin embargo, en definitiva no importa quién gane y quién pierda en la contienda. Lo que no saben, ni Jeckyll ni Hayde, es que la muerte de cualquiera de ellos arrastrará también al supuesto contrario, porque ambos son el mismo y uno solo.

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