sábado, septiembre 22, 2007

El arte: un milagro, como si fuese amor

Alguien me facilitó un texto que no conocía de Pierre Bourdieu.
El título es La metamorfosis de los gustos. Y se pregunta, en definitiva, por cosas tales como el origen de los diferentes gustos de las personas, en cualquier orden de la vida, o bien por la naturaleza de eso que llamamos arte.

El texto dice muchas cosas interesantes y es probable que lo utilice para escribir un artículo mayor para la revista de Amadeus, pero un párrafo en particular llama mi atención. Dice:

"El amor por el arte utiliza con frecuencia el mismo lenguaje que el amor: el amor a primera vista es la confluencia milagrosa entre una expectativa y su realización."

El amor como una forma de arte... El arte como una forma del amor... La posibilidad real y concreta, en ambos casos, de un amor a primera vista... La confluencia milagrosa entre una expectativa y su realización. El concepto me resulta atractivo. Me dice muchas cosas. Estoy tentado: quisiera poner un ejemplo personal, como para que se entienda mejor. Poner un audio con una pieza de Mozart, por ejemplo. O un cierto cuadro, o una cierta fotografía... Pero me digo que mejor no. Que cada quien debería completar la línea de puntos con la que cierra esta breve anotación con su propio ejemplo, con su propia confluencia milagrosa entre su expectativa y su realización.

¿Amor a primera vista? ¿Confluencias milagrosas? ¿Existe acaso algo semejante a eso, en la realidad de nuestras vidas cotidianas? En ocasiones sí: un Mozart, un Picasso, un Cortázar... Pero son apenas tres ejemplos dentro de un listado que, por las razones que ya han sido dichas y otras que seguramente se han omitido, no resulta posible realizar aquí de un modo exhaustivo.

En todo caso, puede anotar sus propios ejemplos, aquí:

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4 comentarios:

c. dijo...

ES amor.
no *como si*.

Anónimo dijo...

En lo personal la sinfonías de Beethoven me gustaron desde un primer momento, aún antes de escuchar música clasica, cuando de niño veía las pelícuas de disney que usaban su música, estoy seguro.

Anónimo dijo...

Claro que puede pasar en la vida cotidiana... una canción bailada por dos amantes, un poema, una mirada... bastan para transformar un momento y hacerlo inolvidable...

Pero ojo, muchas veces esa confluencia se ve obligada a no llevarse a cabo por compromisos culturales que así lo dictan...

Ingenua? Sí, bastante...

Germán A. Serain dijo...

Ingenua y críptica, diría yo...

Pero no soy quien para acusar, seguramente.