domingo, octubre 26, 2008

La relevancia de los blogs

Cada vez que corrijo parciales de mis estudiantes, me detengo en las citas que escogen a la hora de querer ilustrar las cosas que ellos mismos dicen. Es cierto que son palabras de otras personas, pero siempre pienso que en la elección de una cita adecuada también se ve el grado de comprensión de un determinado tema.

Y cada tanto copio algunas de esas citas allí. Sobre todo cuando, como sucede en este caso, con estas palabras de Eduardo Galeano, esas citas parecen estar dando cuenta del sentido de este espacio.

Un hombre de las viñas habló, en agonía, al oído de Marcela. Antes de morir, le reveló su secreto: "La uva -le susurró- está hecha de vino."

Marcela Pérez Silva me lo contó, y yo pensé: "Si la uva está hecha de vino, quizás nosotros somos las palabras que cuentan lo que somos."

5 comentarios:

Germán A. Serain dijo...

Y en el mismo trabajo, una sentencia de Nietzche:

"Todo espíritu profundo se forma constantemente una máscara, gracias a la interpretación, continuamente falsa, es decir superficial, dada a todas sus palabras y a todas las manifestaciones de su vida."

Anónimo dijo...

Es interesante Germán lo de la definición (autodefinición) sobre lo que uno es o cree ser. Porque además, es idea que uno tiene de si mismo, automaticamente se rompe, se destruye en el contacto con un otro.
Ese edificio que uno tiene construido comienza a modificarse. También pienso cuando uno dice: "de tal hora a tal soy esto (estudiante por ej), y de tal hora a tal hora soy esto otro (novio por ej.) Y en realidad todo termina formando parte de lo mismo, no?

Esto lo veo mucho en la convivencia con mi hermano. Todo el tiempo estoy intentando diferenciarme de él, y me termino dando cuento que me defino o creo definirme en oposición a lo que él es o creo que es...

Saludos.

Anónimo dijo...

Ese comentario debajo de tu foto es nuevo no?

Germán A. Serain dijo...

En realidad es un comentario que puse editando el blog que uso para las clases que doy en la facultad. No me dí cuenta que iba a ser aplicado tambíén aquí.

Pero no deja de ser pertinente, supongo, también en este contexto.

"Además de enseñar, enseña a dudar de lo que has enseñado." (Ortega y Gasset) Creo que es un buen consejo. Incluso cuando, siguiéndolo, podamos cuestionarlo.

Anónimo dijo...

A los diez años, una tarde de tíos y pontificantes homilías históricopolíticas a la sombra de unos paraísos, había manifestado tímidamente su primera reacción contra el tan hispanoitaloargentino «¡Se lo digo yo!», acompañado de un puñetazo rotundo que debía servir de ratificación iracunda. Glielo dico io! ¡Se lo digo yo, carajo! Ese yo, había alcanzado a pensar Oliveira, ¿qué valor probatorio tenia? El yo de los grandes, ¿qué omnisciencia conjugaba? A los quince años se había enterado del «sólo sé que no sé nada»; la cicuta concomitante le había parecido inevitable, no se desafía a la gente en esa forma, se lo digo yo. Más tarde le hizo gracia comprobar cómo en las formas superiores de cultura el peso de las autoridades y las influencias, la confianza que dan las buenas lecturas y la inteligencia, producían también su «se lo digo yo» finamente disimulado, incluso para el que lo profería: ahora se sucedían los «siempre he creído», «si de algo estoy seguro», «es evidente que», casi nunca compensado por una apreciación desapasionada del punto de vista opuesto. Como si la especie velara en el individuo para no dejarlo avanzar demasiado por el camino de la tolerancia, la duda inteligente, el vaivén sentimental. (Julio Cortázar)