"A nadie le duele tanto el pie como cuando se lo pisan a uno."
Esto me lo dice mi amigo José María y así, con tan pocas y simples palabras, me enseña a respetar esto que me sucede.
De todos modos, también recuerdo lo que me decía Ana:
"Hay que lograr que lo mucho que nos falta no nos haga perder de vista lo mucho que tenemos."
Las grandes verdades, ya se ve, no necesitan de extensos tratados para ser expresadas con absoluta claridad. Eso sí, es necesario detenerse de vez en cuando para reflexionar un poco sobre ellas.
miércoles, diciembre 30, 2009
Para reflexionar 2
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3 comentarios:
Estas dos frases vienen a ser, a decir verdad, algo así como mi regalo personal de fin de año, para mí mismo y para cualquiera que pase por aquí y las lea.
Regalo modesto, pensarán algunos, pero todo depende del grado en que cada uno se detenga -me incluyo en esto- a pensar en el verdadero sentido de lo dicho.
Me parece bonito como regalo, lo tomo.
Ahora me pregunto, ensamblando las dos entradas, por qué se tiene que
esperar tanto para entender la mejor forma de vivir. De la misma manera en que nos acostumbramos a pensar en lo que nos falta -quizá porque nunca vamos a dejar de aspirar a nuevas cosas y porque eso nos enseñaron a hacer- también creo que no deberíamos subestimar lo que hemos logrado con los pocos años que llevamos.
Podría entenderse que lo "mucho que nos falta" son los años que tenemos por vivir y todo lo que tenemos por aprender, y que lo "mucho que tenemos" son, justamente, aquellas verdades tan sencillas que, por el propio calificativo, nos olvidamos de valorar.
Pero antes que nada quería desearles un muy feliz año.
Germán, espero que tengas un año excelente y que puedas realizar todos tus proyectos.
Si, Marcela! Justamente estaba pensando en eso y no en cosas
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