jueves, mayo 19, 2011

Oxalá...

¿Puede una persona relacionarse de algún modo con alguien que todavía no ha comenzado a existir o que jamás haya existido?

Esta pregunta, que se me cruzó por la mente hace nada más un rato, tendría varios niveles de acercamiento, pero hoy me remito solamente a uno de ellos. Y tiene que ver con una frase que leí un par de horas atrás en La estrategia de la ilusión, que dice así:

"El hombre se siente, en cierto modo, infinito, esto es, capaz de desear de modo ilimitado, de quererlo todo. Pero advierte su incapacidad para realizar lo que desea, y entonces tiene que prefigurarse en Otro (que posea en óptima medida aquello que él desearía como mejor), en quien delega la tarea de llenar ese vacío que media entre lo que se quiere y lo que se puede."

Esto, al menos, es lo que según Umberto Eco ha dicho Feuerbach a la hora de intentar justificar la existencia de las religiones.












P.S.: En el mismo libro Eco habla, algunas páginas más adelante, de algunas deidades brasileñas entre las cuales se cuenta Oxalá. Personalmente me gustó que una deidad tenga un nombre que, proponiendo apenas un leve ejercicio imaginativo, pueda sonar por homofonía, pero también en su sentido del deseo, a la palabra ojalá.

¿Dios realmente existirá?, pregunta alguien.
Y otro le responde: Oxalá.

Realmente es una buena respuesta.

1 comentario:

Miranda Dasso dijo...

¿Cómo le va tanto tiempo? El otro día, desde un punto de vista un poco diferente, me asaltó la misma temática. Me imaginé que con solo creer en la re-encarnación ésta sería posible, mi humilde creación de una nueva regla metafísica, si eso existe. Entonces creyendo en esa próxima vida, podría ya estar relacionándome con ella, creyendo la creo y genero dos cosas: un descanso en mí ser corporal actual y una expectativa en el ser corporal próximo; también creo una responsabilidad: no puedo dejar de creer o ese ser no existirá/existiré.

Saludos

Miranda Dasso