domingo, agosto 05, 2012

Adioses

Es como una marea negra, que va creciendo por dentro, lentamente, pero sin pausa. Hace tiempo que no se hacía presente, pero aquí está otra vez, finalmente, de nuevo. Es como un monstruo que acecha, sin dejarse ver; un monstruo bestial, de contornos indefinidos, pero peligroso, amenazante, y yo siento este sudor frío que anticipa el desastre. Tengo miedo, y no puedo moverme. Tengo miedo, y vos, ahí afuera, no tenés la menor idea, y eso es lo que más me desespera. ¿Qué va a ser de mí? ¿Qué va a ser de nosotros? ¿Cómo es posible que a nadie le importe? ¿Que nadie haga nada para que este monstruo se aleje de aquí de una vez por todas? Quisiera poder volver a ser solamente un niño. Lo lamento, lo lamento tanto... De verdad lo digo. Haber llegado hasta aquí sólo para encontrar que no teníamos nada. Y saber que también eso es una enorme mentira. De repente me doy cuenta: este monstruo se llama sinsentido. De eso se trata esta marea negra y cruel y desesperante. Y por supuesto, nada puede hacerse en contra de ella. Tal vez sólo entregarme mansamente, sin ofrecer resistencia, cerrar los ojos, sentir este cálido adormecimiento que de repente me invade, y olvidarme de todo. Especialmente de mí mismo.

No hay comentarios.: