De repente me pregunto cuál caso será más grave, si el del tipo cuya vida a nadie le interesa, y que incluso más de uno desprecia, y que enceguecido por su vanidad cree a pesar de ello ser amado por todos, o el de aquel otro que, por el contrario, permanece solo, incluso a veces triste, convencido de que a nadie le importa, sin poder ver el afecto que otros están dispuestos a darle.
(Por cierto, que quede en claro que definitivamente no estoy incluido en la primera de estas dos categorías...)
jueves, septiembre 06, 2012
Nota al margen
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