jueves, junio 20, 2013

Mabel y los espejos

Hace muchos años, cuando yo aun no había llegado al mundo y probablemente no estaba siquiera en los proyectos de mis padres, mi tía Mabel se mató de un tiro. Nunca pude conocer los detalles. No sé si el proyectil le rompió la cabeza o el corazón. Tampoco sé si ella decidió ponerse el arma en la sien,si llegó a sentir el frío del metal apoyado en su piel, si pensó, si dudó, o si tal vez, jugando con aquella bestia peligrosa y al mismo tiempo extrañamente seductora, acaso el gatillo no se habrá accionado por accidente, llevándose esa joven vida adolescente que seguro tenía tanto para dar. En realidad nadie lo sabe. O por lo menos nunca nadie quiso hablar demasiado sobre esos asuntos. Y no creo que sea momento de andar preguntando, para qué volver a abrir viejas heridas entre quienes todavía siguen vivos de entre los que por entonces vivían. Lo cierto es que nadie sabe si Mabel se quitó la vida queriendo hacerlo, o solamente jugando a querer.

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