miércoles, enero 09, 2013

Memoria y presente

"Recordar es el mejor modo de olvidar", dice mi madrina que dijo alguna vez Sigmund Freud. Y detrás de la paradoja aparente se esconde una interesante verdad: nuestros recuerdos (vale decir, la colección de figuraciones que hacemos en torno de nuestro propio pasado) son una construcción de sentido que viene a suplantar aquello que en realidad sucedió, hoy ya fuera de nuestro alcance, por lo que pretendemos haber vivido. El pasado, entonces, es en definitiva algo irreal, como también es irreal el futuro, que por definición es aquello que todavía no ha sido, sino que está por venir. Sólo nos queda, entonces, el fugaz momento presente. Cuyo sentido, tan elusivo como el momento mismo, construimos a fuerza de deseos, pasiones y fantasmas. Vale decir, otras ilusiones.

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