jueves, marzo 23, 2017

Calesitas

Observó a unos niños en la calesita
riendo y dando vueltas y más vueltas,
sin llegar a ninguna parte,
regresando inexorablemente
una y otra vez al punto de partida.
Se preguntó adónde creerían estar yendo
con sus risas y sus caballos que suben y bajan,
con sus autos de mentira, sus vehículos fantásticos,
para qué tantas vueltas, si al fin y al cabo
regresarían siempre al mismo lugar,
el mismo punto de partida,
avanzar vanamente en círculos,
moverse para no ir a ninguna parte.
Después se dijo que acaso no fuera tan distinto
del viaje que hacemos todos en el curso de la vida,
yendo y viniendo con prisas vanas,
montando sobre sueños diversos
sin llegar jamás a ningún lado.
Será tal vez el mientras tanto, se dijo:
acaso eso es lo único que realmente importa.

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