lunes, enero 01, 2018

Vastedades y cegueras

Nos encontramos aquí, a la sombra de un olvido.
Y nosotros mismos no sabemos qué,
pues también hemos olvidado.
Y no se trata de buenas voluntades.
Por más que estuvieses ahora mismo aquí,
acodada en la misma baranda de este balcón
y pudieses contemplar este cielo eterno,
majestuoso, inalcanzable, sembrado de estrellas,
no podrías hacer tuyo el abismo que siento
ni comprender la razón del manantial
que de pronto derrama en mis ojos.
No es angustia, ni siquiera pena,
sino esta indecible sensación
de vastedad infinita y la conciencia
de nuestra frágil naturaleza.
Miro de nuevo al cielo y me pregunto
cómo imaginarán la luna en su cuarto menguante
aquellos ciegos que nunca han tenido el don de ver.
Acaso todos seamos un poco como ellos,
incapaces de percibir algunas cosas.

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