sábado, octubre 30, 2021

Sobre Borges y Kodama

 Confieso tener una relación algo ambigua respecto de María Kodama. Por una parte la veo como la Yoko Ono de Borges. Pero por otra parte me digo: si Borges la eligió, claramente es porque hay algo en ella. Y entonces vuelvo a respetarla mucho (cosa que no me sucede con Yoko, que Lennon me disculpe). Bueno, leo una entrevista a Kodama, cuyo enlace dejo en el primer comentario de esta publicación, por si a alguien le interesa. Y en un pasaje ella cuenta y dice algo que me impacta, y es lo que sigue: 

"Yo no sabía quién era Borges, era muy chica; entonces tomé un libro que había en mi casa y empiezo a leer: “Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche...” Yo dije: “¿Qué es esto?” Lo leí hasta el final sin entender intelectualmente nada, por supuesto, pero quedé atrapada por el ritmo que tenía esa prosa, para siempre. ... Imagínense de qué manera me tomó a mí esa lectura, sin entender. Por eso yo siempre digo: “Entender es una etapa secundaria, hay que sentir. Si uno no siente, déjelo, espere cinco años, diez, y vuelva a leerlo”. Es como en la amistad o en el amor: uno cuando encuentra a alguien sabe si puede ser amigo o si puede enamorarse o no." 

Me pareció una magnífica manera de acercarse no solamente a la literatura, sino a cualquier forma de arte en general. Esa primera impresión, ese color, esa cuestión de piel, que también tiene el amor. Una gran dificultad de ser docente es a veces no encontrar las palabras adecuadas para explicar este tipo de cosas. Por eso mi entusiasmo.



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