martes, octubre 17, 2006

Canciones solitarias


¿Por qué será que determinadas músicas nos gustan? ¿Por qué nos atraen, del modo en que lo hacen? ¿Será porque ellas coinciden con nuestra particular idiosincracia? ¿O será, por el contrario, que las músicas que escuchamos a lo largo de nuestras vidas van modelando de a poco, y sin que nosotros mismos lo notemos, nuestro individual modo de ser, nuestra manera de sentir y de vincularnos con el mundo? Este es el interrogante que se plantea el escritor británico Nick Hornby en el fragmento que sigue, tomado de su novela "Alta fidelidad". El melancólico protagonista, dueño de un negocio de venta de discos de vinilo, un poco por gusto, otro poco por deformación profesional, ha escuchado algunas canciones infinidad de veces. ¿No habrán sido ellas las responsables, al menos en parte, de que hoy él sea quien es?...

Algunas de mis canciones preferidas: Only Love Can Break Your Heart, de Neil Young; Last Night I Dreamed That Somebody Loved Me, de los Smiths; Call Me, de Aretha Franklin; I Don´t Wan´t to Talk About It, de quien sea. Y luego, Love Hurts, When Love Breaks Down y How Can You Mend a Broken Heart; y también The Speed of Sound of Loneliness y She´s Gone, y I Just Dont´t Know What to Do with Myself, y qué sé yo. Hay canciones de éstas que he escuchado por término medio al menos una vez por semana (trescientas veces el primer mes, y después de vez en cuando), desde que tenía dieciséis, diecinueve o veintiún años. ¿Cómo no va a dejarte eso magullado por algún sitio? ¿Cómo no te va a convertir eso en una persona fácilmente rompible en mil trocitos, cuanto tu primer amor se va al garete? ¿Qué fue primero: la música o la tristeza? ¿Me dio por escuchar música porque estaba triste? ¿O es que estaba triste porque escuchaba música? ¿No te convierten todos esos discos en una persona de tendencia melancólica?"

Hay quien se preocupa, y mucho, de que los niños pequeños jueguen con armas de fuego, de que los adolescentes vean videos en los que la violencia es moneda corriente; nos da miedo que esa especie de cultura de la violencia termine por tragárselos como si tal cosa. A nadie le preocupa en cambio que los niños escuchen miles, literalmente miles de canciones que tratan siempre de corazones destrozados, de rechazos y abandonos, de dolor, tristeza, pérdida. Las personas más desgraciadas que yo he conocido, románticamente hablando, son las que tienen un desarrollado gusto por la música pop. Y no sé si la música pop es la causante de esta infelicidad, pero sí tengo muy claro que han escuchado esas canciones infelices desde hace más tiempo del que llevan viviendo una vida más o menos infeliz. Así de claro."

6 comentarios:

Germán A. Serain dijo...

Por supuesto, lo dicho en la anotación vale tanto para las canciones como para todo el arte en general. Puede ser que hablemos de música, tanto como de un estilo particular de teatro, o de artes plásticas, o de literatura, o de cine, o de lo que sea.

Pero si de canciones se trata, dejemos al menos anotado aquí el título de una de las que más me han marcado. En el comienzo se escucha que alguien gira el dial de una radio. Y por la radio comienza a sonar una guitarra. La melodía es melancólica... Pero la soledad queda plasmada en toda su dimensión cuando alguien más, en otro plano (y no puede ser nadie más que la persona que acaba de sintonizar esa radio), también se pone a tocar. Contrapunto de guitarras, entonces; una tan sola como la otra; la primera en la radio, la segunda allí donde la radio está sonando. Dos soledades encontradas.

Sobre el final de la canción, la letra dice:
"How I wish, how I wish you were here.
We’re just two lost souls swimming in a fish bowl,
Year after year,
Running over the same old ground.
What have we found? The same old fears.
Wish you were here…"

Por supuesto, podrían haber sido también otras tantas canciones. Pero quería dejar asentada sólo una. Y esta canción de Pink Floyd fue la primera que se presentó a mi conciencia. ¿La habré escogido debido a mi particular idiosincracia? ¿O será por escucharla tantas veces que he adoptado esta manera particular de ver el mundo?

c. dijo...

ay ay ay, germán: yo paso todos los días por acá. Ahora recién llego (hoy salí a las 10.30 am y son las 1.30 am !!) pero igual pasé, como a decirte buenas noches.
a vuelo de pájaro leo pero decido dejarlo para mañana, para disfrutarlo. sólo que leí hornby (!!!!!!) y ya fui feliz. Lista para dormir en paz. gracias.

Germán A. Serain dijo...

Buenas noches, entonces. Y cuando pases de nuevo por aquí tal vez puedas anotar cuál sea la canción que, en tu caso, acaso puede hacer las veces de reflejo en el espejo del alma.

Santiago Javier dijo...

Hola:

No hace mucho tiempo empeze a escuchar mùsica clàsica:necesitaba expandirme y estàr en paz conmigo mismo.Hoy puedo decir que he alcanzado ese objetivo, y que he encontrado algo a mi medida.

En este momento estoy conociendo el jazz; algo nuevo està naciendo en mi interior.

c. dijo...

acá estoy. hornby, amigo: listo, esquizofrenicamente, canciones que me ayudan a vivir: princesa bacana, pelota roja, boys dont cry, durazno sangrando, las flores, la negrita, gricel, doña ubenza, cara valente, no surprises, desarma y sangra, desafinado, tarde em Itapuã, barco quieto, inconsciente colectivo, samba da bencao, causa y efecto, posadeña linda, in between days, stop!

podría seguir otro buen rato.
igual, finito pero inabarcable.
igual, lo mejor es el interrogante? Somos lo que somos por las canciones? elegimos las canciones o ellas nos toman y no nos sueltan?

Anónimo dijo...

Acabo de leer la anotacion que hacés el 17/10/06... Me encantó. Yo siempre pensé algo muy parecido!