sábado, junio 09, 2007

Una pequeña forma del espanto

Diariamente recibo una enorme cantidad de mails en la casilla de mi trabajo con gacetillas de conciertos y anuncios de variadas actividades. Entre las recibidas hoy, me llamó bastante la atención una que propone:

"¿Nuevos Hombres? Cómo comunicarse a través del Marketing. Estudio actitudinal. Los nuevos paradigmas del Hombre."

Esto estaba a cargo de un tal licenciado X, director de la División Research del Cicmas Strategy Group, una empresa dedicada a investigaciones sobre segmentos específicos de mercado y estilos de vida. El desarrollo del temario anunciaba:

» ¿Cómo es el hombre de hoy?
» ¿Cómo ve y siente los cambios?
» ¿Cómo se para ante ellos?
» ¿Cómo se manifiesta frente a los cambios de la mujer?
» ¿Cómo piensa realmente?
» ¿Cómo se traduce esto en hábitos de consumo?
» ¿Qué productos consume y cómo se vincula con ellos?


Por supuesto, como docente de la carrera de Ciencias de la Conunicación en la Universidad de Buenos Aires, entiendo que los estudios de marketing formen parte del universo de la comunicación, y tanto es así que en la facultad existe una orientación dedicada específicamente a la publicidad. Pero esto no hace que deje de preguntarme si resulta razonable indagar en cuestiones tales como qué es el hombre de hoy, cómo siente, cómo piensa, pero no para comprenderlo mejor, para evitar guerras o para prevenir atrocidades, sino para venderle un nuevo auto o un desodorante.

Me hizo recordar, una vez más, el horror imaginado por José de Saramago en su novela La caverna, cuya acción en buena medida transcurre en el interior de un gigantesco centro comercial, que ha adoptado como lema el siguiente concepto:

NO VENDEMOS TODO LO QUE USTED NECESITA, PUES PREFERIMOS QUE USTED NECESITE TODO LO QUE TENEMOS PARA VENDERLE.

El horror, la pequeña forma del espanto a la que alude el título de esta anotación, reside en este lema, y en el hecho de que esta forma de pensar no es ficticia, sino absolutamente real. Tan poco es lo que importa el ser humano a la actual cultura mercantilista. El ser humano ya no existe. Su existencia se limita al utilitarismo propio de quien consume, produce, vota, se acomoda a un guarismo impuesto por un sistema deshumanizado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo angustiante de esto, es que algunas marcas apuntan sus ventas a los sectores menos educados: ´por eso hoy vamos a gente de las villas con zapatillas nike último modelo. Cada uno independiendiente-
mente de su condición social, puede tener lo que quiera, el problema surge cuando lo hace inducido por una publicidad que le vende ilusiones de pertenecer a un mundo al cual no pertenece.

Anónimo dijo...

en realidad a este mundo cada vez mas mercantilista, o a las grandes empresas que tienen que vender sus productos no piensan acercarse a los seres humanos, sino a sus posibles clientes, los "prospects".
Pero no existe el ser humano por fuera de esta lógica? la verdad me dejas pensando y no con buenos augurios germán.
Saludos! voy a chusmear Bitacora Mundi, que entre por el articulo que publicaste en el blog de dos mundos

Anónimo dijo...

Felicidades, Jazmín. Sos la única, hasta el momento, que entendió que la idea era pasar por aquí y dejar su reflexión sobre el particular. De modo que bienvenida.