Días atrás tuve mi primer conflicto con Blogger. No fue un conflicto demasiado serio, claro. Pero el punto es que se desconfiguró la plantilla de este blog. Mea culpa, no se trataba de una plantilla original de las que ofrece el servicio. De manera que no valía la queja ni el reclamo.
Digo que no fue un conflicto demasiado serio porque más allá de tener que recuperar un par de vínculos y volver a armar un par de cosas la cuestión no pasó a mayores. Salí a elegir una nueva plantilla (esta vez de las provistas por Blogger, que mejor es ser poco original que poco prevenido) y listo.
Pero por alguna razón quise esta vez que el diseño de la plantilla tuviese fondo negro. O por lo menos oscuro. Y ahí fue cuando me di cuenta de un detalle: al haber sido la plantilla anterior de fondo blanco, muchas de las anotaciones antiguas tenían tipografías que se leían bien sobre fondo claro, pero no así sobre fondo negro. Cuestión que estoy abocado a revisar entrada por entrada, para reemplazar los colores allí donde no haya contraste.
(Nota al margen: Seguramente alguien se preguntará si no era más fácil escoger una plantilla con fondo claro y listo. La respuesta es que sí. Así a secas: sí. Sólo espero no volver a cambiar de opinión más adelante, y optar de nuevo por un fondo claro.)
El asunto es que me puse a revisar algunas de las anotaciones antiguas. Y entonces la pregunta, que surge inevitable, es esta: ¿adónde van a parar todas esas personas que alguna vez fuimos? En el caso de este blog, no ha pasado tanto tiempo desde el momento en que escribí la primera anotación, que es de agosto del año pasado. Sin embargo siento que en algunos casos los autores de ciertas entradas bien pudieron haber sido otras personas, diferentes de mí, con las cuales por lo general simpatizo... pero no siempre. Hay en todo caso cierta sensación de extrañamiento. Y cuánto más esto sucede cuando nos enfrentamos con algo escrito hace más tiempo, con una fotografía nuestra de muchos años atrás, con un pasado propio, en definitiva, del cual nosotros somos el futuro.
¿Qué hubiese pasado si en el medio hubiésemos tomado decisiones diferentes de las que de hecho tomamos? ¿Si hubiésemos hecho cosas que finalmente decidimos no hacer? ¿O si hubiésemos omitido otras que de hecho sí hicimos? ¿Seríamos hoy los mismos que somos? ¿Somos de hecho las mismas personas que fuimos hace un año atrás? Probablemente no, porque así como nadie puede bañarse dos veces en las aguas de un mismo río, tal como decía el filósofo, en el momento mismo de decir que todo cambia uno mismo ha cambiado.
Pero entonces, ¿qué pasó con los miedos, las esperanzas, las risas, los llantos, los amores, los odios que uno vivió en su pasado? ¿Dónde han quedado? ¿Son más o menos reales que los actuales? Sobre alguno de estos tópicos quiero que sea la próxima anotación de este blog, que vendrá, seguramente, en cuanto pueda terminar de cumplir con algunas cosas pendientes que tengo entre manos.
A propósito, no es que no haya escrito nada en estos días. Es que lo hice en los blogs de algunas personas amigas. Y también estuve releyendo cosas que yo mismo escribí en algún otro momento.
sábado, octubre 20, 2007
Mi primer conflicto con Blogger
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