lunes, marzo 03, 2008

Perspectivas


"Un círculo se cierra y al mismo tiempo dos planos coinciden, se superponen, se confunden. En esta coincidencia se observa que lo que deseábamos mantener en planos separados es inseparable. Nuestro sentido de la orientación y nuestros sentimientos hacia aquello que forma la base empiezan a tambalearse y tenemos la impresión de encontrarnos frente a una paradoja."

Estas palabras de Francisco Varela hacen referencia a una lámina del ilustrador holandés Maurits Cornelius Escher (1898-1972).

Yo me pregunto hasta qué punto dichas palabras no serán aplicables, en general, a la vida.

5 comentarios:

manulandia dijo...

Ciclos, ciclos y más ciclos...

Siempre hay un hasta acá llegué y un volver a empezar...

Con el tiempo puede que todo sea igual, que "dos planos coinciden, se superponen, se confunden"... o no... no lo sé...

La verdad lo dudo... que todo sea igual... lo dudo...

Ahí estaríamos sospechando de nuestra capacidad de revertir aquello que se puede... estaríamos dudando de nuestra habilidad de transformar.

Saludos!

Germán A. Serain dijo...

Me temo que incurrís en un error de lectura, Manu. No hablo de una progresión temporal. Mirá el dibujo de Escher un momento. No hay en él un antes y un después. Se trata de un durante, en el cual las cosas se mezclan, los límites se desdibujan. Se puede revertir o transformar algo siempre que medie un tiempo. De hecho sos vos, en el tiempo que tardás en recorrer con tu mirada el dibujo, la que va asignando una progresión, un significado, una interpretación, la que pretende una transformación que de hecho no es real. Lo real es esa conjunción de planos que se superponen y confunden ahora, en este instante, siempre y y de una manera constante y sin remedio. Como en la vida.

Gracias por tu visita!

Anónimo dijo...

Este tipo de dibujos siempre me resultaron atractivos. El ingenio de variar los planos sin que uno llegue a darse cuenta y de repente está todo dado vuelta.

También existe una cinta de un único lado, la famosa cinta de Moebius - famosa en la matemática. Es muy sencillo: una simple cinta en la que una punta se da vuelta y se pega con la otra punta - así uno puede deslizar la mano por el interior de la cinta y sin pasar por ningún borde encontrarse en el otro lado.

Las paradojas son importantes en las ciencias y también en la vida, es importante estar conciente de ello.

También, como una interpretación, podría significar que nosotros, los seres humanos, somos también una paradoja de la naturaleza. Somos parte de la naturaleza como especie y pujamos por separarnos de ella sin darnos cuenta de que así nos autodestruimos (ej. capa de ozono).

Como última interpretación podría entenderse que en nuestro interior coexisten infinitas paradojas a la cual nuestro sistema racional trata de ordenar mediante la creación de límites - y clasificaciones absolutas. Pero en realidad nada es absoluto, somos una mezcla de tonos que van cambiando.

Germán A. Serain dijo...

La cinta de Moebius... Una figura que aparenta tener dos lados, aunque en realidad tiene uno solo.

Para colmo se trata de una figura geométricamente tan simple de concebir y realizar.

Y así vuelve a aparecer el tema de la temporalidad. Porque ANTES hay una cinta, que claramente tiene dos lados. Frente a esa cinta uno se pregunta si siempre y en cualquier circunstancia seguirá teniendo dos lados, y el sentido común nos dice que en tanto permanezca como objeto así será. Pero LUEGO alguien forma con esa cinta un anillo de Moebius, y materialmente el objeto es el mismo, pero ahora resulta que sólo hay un único lado.

Curiosamente, entre ese antes y ese otro después, media el tiempo.

Alguien me explicó alguna vez la existencia de la cuarta dimensión del siguiente modo: un punto se mueve en el espacio, en línea recta, y establece una dimensión. Otro punto se mueve, formando una línea perpendicular a la anterior, y allí tenemos dos dimensiones: hay un largo y hay un ancho. Podemos dibujar todavía una tercera perpendicular, que atraviese a las otras dos en el mismo punto: tenemos una profundidad. La cuarta dimensión podría graficarse mediante una cuarta línea que atravesara ese mismo punto conservando con todas las demás una perfecta perpendicularidad.

Pues bien, ahí está: dibujamos las tres perpendiculares posibles, y resulta que ese dibujo está atravesado por el tiempo. Allí está la cuarta perpendicular. Sólo que nosotros no la vemos, puesto que la recorremos en el tiempo presente, junto con el dibujo en cuestión.

No es gratuito, entonces, que todo lo relativo al tiempo nos preocupe tanto. Estamos presos de él. Quien pudiera dar un paso al costado, y poder visualizar y manejar esa cuarta perpendicular, sería equiparable a los dioses.

Mientras tanto, seguimos intentando con diferentes dobleces. Alla Moebius, como quien dice.

Anónimo dijo...

Tanto la cinta como el cuadro requirieron tiempo para ser concebidos. Somos nosotros, los que al percibirlas en un determinado instante vemos todo en un único instante. Nadie, ni el autor del cuadro, ni Moebius, ni nosotros escapa de la variable tiempo.

La representación del tiempo resulta difícil de visualizar, si bien existen herramientas que permiten visualizar funciones de cuatro dimensiones en un espacio de tres dimensiones mediante la representación paramétrica: un conjunto de superficies – cada superficie responde a un valor de la cuarta variable.

Los matemáticos emplean espacios de N variables que son imposibles de visualizar según nuestros sentidos. Lo que prima aquí es nuestra capacidad de abstraernos de la realidad visual y palpable. Esta capacidad es muy importante en general para el hombre y más aún en el proceso de creación – se parte de la realidad para luego abstraerse de ella, generar modelos en los cuales nos movemos con la mente o con la fantasía y por último retornar a la realidad con una obra terminada.

Prefiero interpretar nuestra atracción por la paradoja del cuadro o por la cinta de moebius como una muestra de nuestra íntima naturaleza paradojal.