Alguien me recomienda una película. Una película para chicos, y tal vez la aclaración sea innecesaria. ¿Acaso las películas para chicos sólo deben ser para los chicos? Yo estoy seguro de que no es así. Porque cada vez que voy al cine con mi hija suelo reirme yo más fuerte que ella, para consternación de la pequeña, que cada vez se fija más en la mirada de los demás. Cosas de la edad, supongo.
Pero de todos modos el punto no es este, sino que junto con la recomendación en cuestión viene una frase, que al parecer es dicha por uno de los personajes, a los pocos minutos de haber comenzado la película: "A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo."
No sé qué pueda significar esta sentencia en el contexto de mi vida actual. Qué extraño presagio, quizás, para el caso de que un presagio sea. O qué nada, finalmente, que las cosas no tienen por qué tener necesariamente siempre un sentido.
Lo único cierto es que un extraño impulso me lleva a dejar anotada esta frase aquí. Cosa que hago, como habrá podido verse.
viernes, agosto 01, 2008
Koan Zen Panda
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9 comentarios:
Apenas un par de minutos después, otras dos frases, encontradas al azar en Internet, atribuidas a Herman Hesse, aunque me gustaría constatarlo.
La primera: "El que quiere nacer, debe romper para eso un mundo."
La segunda: "No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos."
Estoy harto de apagar estrellas.
para mi Shrek es como Así hablaba Zaratustra.
¿Vos decís la Uno, la Dos o la Tres?... ¿O es que el ogro es una especie de Nietzche redivivo? (Hay que reconocer, en todo caso, que Nietzche algo de ogro tenía, por cierto...)
Mirá, viniendo de quien hasta donde sé gusta de hundirse en la polvareda de antiguas bibliotecas, tu comentario es particularmente bien recibido.
Gracias por pasar.
Lo cierto es que entro para dejar algún comentario como me gusta hacer y me encuentro con esto :)
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Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
- El mundo es eso - reveló -
Un monton de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear y quien se acerca, se enciende.
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;)
Eduardo Galeano, por las dudas
Es verdad, es verdad, es verdad, la primera línea de esta entrada también podría haber dicho: "Mi amiga Melisa me recomienda una película...", etcétera.
Pero el haber obviado el nombre, mi muy estimada "Alguien", no tuvo aquí un sentido peyorativo, sino el de darle a la entrada un valor universal. No interesa tanto quién recomendó la película en cuestión, como lo que las palabras mismas dicen.
Fijate que es lo mismo que vos más arriba: el "Galeano" sólo tuvo sentido después, y por las dudas. ¿Era Borges quien decía que no había mejor trascendencia que el anonimato? En realidad le escuché a alguien mencionar su nombre ligado a esa idea, días atrás... Yo hubiese arriesgado por el lado de Yupanqui o Leguizamón... En todo caso, ya se ve, es la idea en sí misma lo atractivo, que tres asignaciones posibles la convierten definitivamente en anónima.
Un beso.
pará, eso no es de panda kung fu (o similar)?
Podría decirse que sí, para ser francos. O si quisiéramos parecer un poco más profundos, también podríamos decir algo así como "No, eso es algo de la vida misma", y no dejaría de ser cierto... Por lo menos a veces, claro.
Nos cacharon Ger...
;)
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