Hacía un tiempo que no escribía nada en este blog. Pocas ganas, problemas con mi computadora, falta de tiempo... Pero hoy no puedo dejar de publicar aunque más no sean unas breves líneas, como un modestísimo homenaje a la Gran Artista que nos ha dejado.
La primera vez que escuché su voz fue en el departamento en el cual vivíamos en el barrio de Caballito. El viejo Winco reproducía -lo supe más tarde- las canciones del disco Mujeres argentinas, con música de Ariel Ramírez y textos de Felix Luna. Mi mamá tenía la costumbre de hacer sonar aquel tocadiscos los sábados y domingos por la mañana. Así conocí la voz de Mercedes, y también la de Don Alfredo Zitarrosa. También sonaban otras músicas, claro; algunas de las cuales jamás llegaron a gustarme, y es por eso que omito mencionarlas.
Con el tiempo el viejo Winco pasó al olvido. Y mi mamá a la larga dejó de escuchar música; nunca supe bien por qué razón. Pero en lo que a mí respecta la música se convirtió en un camino de ida. Y la voz de Mercedes Sosa se mezcló muchas veces entre tantas otras músicas que de a poco fueron armando una banda sonora de mi vida.
La última vez que la ví fue sobre el escenario del Teatro Colón, apenas unos días antes de que las puertas de esta sala se cerraran para unas refacciones de las cuales el futuro seguramente tendrá una triste memoria. El cuerpo de Mercedes ya estaba por entonces cansado. Su voz, inconfundible, también delataba la inclemencia de una salud que ya había comenzado a desvanecerse. Algunos criticaron que Mercedes se viera obligada a cantar con amplificación, precisamente en esa sala de tan maravillosa acústica. Era necesario; de otro modo no se la hubiera podido escuchar. Sin embargo, eso no importaba. No voy a guardar de aquella noche el recuerdo de su voz, tanto como el de su presencia mágica sobre el escenario. Desde que Mercedes entró, y hasta que su recital de canciones llegó a su fin, un ángel estuvo presente en aquella sala. Ese ángel que solamente acompaña a los más grandes artistas, aquellos que están más allá de los géneros, de las modas, de las edades, de las banderas, de los idiomas.
Hoy ese ángel ha volado. Vamos a extrañarte.
domingo, octubre 04, 2009
Adiós, Cantora...
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5 comentarios:
Me entero hoy. El dato es irrelevante, pero al mismo tiempo la coincidencia no deja de ser interesante: Mercedes Sosa murió el mismo día en que se conmemoraba un nuevo aniversario del natalicio de la chilena Violeta Parra. La autora de la canción, precisamente, que agradece a la vida en el video de la canción que elegí para este modestísimo homenaje.
Detalle irrelevante, insisto. Pero valía la pena mencionarlo.
No parece irrelevante el detalle: me recuerda la bella canción de Milton Nascimento que habla de la estación de llegadas y partidas que es la vida...tal vez estas dos maravillosas hacedoras de música son parte de una sabia que reverdece y vuelva a aparecer en alguna nueva voz...
Hay gente q cuando se va nos deja muy solos. Hay vacios totalmente imposibles de llenar.
Qué bueno q venga un rato el sobrino Germán con sus hermosas palabras q siempre he querido tanto... Alivia un poco y alegra q él venga. Como siempre.
Te quiero mucho, sobrino Germán, y siempre me acuerdo de vos. Y creo q vos las sabés ambas cosas.
Gracias por esta entrada tuya.
Gracias a vos, Carlos, por estar.
Gracias a vos, Carlos, por estar.
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