Leo en Internet una frase atribuida a Patti Smith, en la cual en todo caso se parafrasea a Borges... Ya se sabe: las palabras, al igual que las melodías y otras cosas, a fuerza de ser repetidas terminan perdiendo la memoria de su autoría, y sin embargo esto no es necesariamente algo malo, pues lo que vale es el concepto, la intención, el contenido, y por supuesto su persistencia. Así lo entendía Atahualpa Yupanqui, quien aspiraba a que sus canciones algún día se convirtieran en anónimas.
Pero regresemos a la frase en cuestión, que dice así:
"Somos los libros que hemos leído, las películas que hemos visto, las canciones que amamos. Somos nuestros amigos, nuestros maestros. Los viajes que hicimos y los amores que tuvimos. Somos en un espacio y en un tiempo. Somos aquí y ahora."
La frase me lleva a pensar en muchas cosas. De entre las cuales no dejaré aquí constancia más que de un par. La primera, casi obvia, se relaciona con la conveniencia de elegir con sumo cuidado las músicas, las películas, los libros con los cuales nos rodeamos, dado que si ellos van a convertirse en parte de lo que somos, no debemos permitirnos el mimetizarnos con cualquier basura. El arte puede, finalmente, hacernos bien al alma o mancillarla, estimularnos o embotarnos, acompañarnos y hacernos crecer o saturarnos sin cuidado. Lo mismo vale para las personas con quienes nos juntamos y aquellas otras que, por error o por acierto, dejamos afuera de nuestras vidas.
Y entonces viene mi segunda reflexión: que también cargamos muchas veces con los distintos espantos que creamos, tantas veces sin querer y sin siquiera saberlo. Y es esta doble evidencia la que nos exige ser mucho más prudentes y cuidadosos de lo que solemos, a la hora de conformar nuestros contextos vitales.
viernes, julio 22, 2011
Somos nosotros y nuestro contexto
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