miércoles, marzo 06, 2013

Idealismos

Es posible que la peor condena que se le pueda aplicar a un idealista sea obligarlo a vivir en el mundo ideal que ha imaginado. Por otra parte pienso que es verdaderamente notable la tendencia que tenemos a idealizar a las personas y las cosas, tanto sea en sentido positivo o negativo. Por supuesto, la objetividad no existe. Pero las idealizaciones, cuanto más profundas son, más nos alejan de la posibilidad de comprender. Lo dicho vale para líderes políticos, religiones, héroes, amigos o enemigos, padres e hijos, amores encontrados y desencontrados. Cuando necesitamos algo que nos falta, nos empeñamos en encontrarlo en el lugar o la persona que sea. Y haciéndolo nos alejamos de la posibilidad de apreciar aquello que realmente existe allí, en esa dimensión que se ha idealizado.


No hay comentarios.: