sábado, septiembre 07, 2013

Aguacero













"Llueve así desde anoche", dice la gente,
mientras trapea como puede el agua
que se mete por debajo de las puertas,
por los marcos de las ventanas,
y los chicos miran, entre incrédulos y maravillados,
la cortina constante que cae desde lo alto.
Y es verdad que hace rato no se veía llover así,
esta lluvia incesante, por momentos escandalosa,
cuya intensidad parece ser su única intermitencia.
"Es la tormenta de Santa Rosa", comenta la gente,
mientras corren a cerrar una puerta que abrió el viento,
acomodan un balde bajo una nueva gotera
y se sobresaltan con un trueno que de pronto
sacude hasta los cimientos las casas.

Yo también miro ahora por la ventana.
Cierro los ojos un instante para verte
y repito tu nombre en silencio, una vez y otra,
mientras me sigo doliendo en tu ausencia.
La gente dice que llueve así desde anoche
pero yo sé bien que eso no es del todo cierto.
Está lloviendo así desde el día en que te fuiste,
desde la última vez que despertamos juntos,
desde el último beso, la última risa,
la última promesa, el último orgasmo.
Es desde entonces que esta lluvia cae y no cesa,
por más que en el pueblo nadie lo haya notado.
Regreso a la ventana. Sigue lloviendo.
¿Cómo es que todavía tiene tanta agua el cielo?

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