martes, diciembre 31, 2013

Fin de año

"Le pide perdón a su tristeza", dice el verso
que de repente me asalta desde un lugar cualquiera,
desde un muro al azar que podría haber seguido en silencio.
¿El resto del poema?... No, no hay ningún resto. 
Solamente ese verso, o acaso también este otro:
"Una metamorfosis de olvido, sin olvido."
Hay versos que tienen eso: una fuerza mayor
que la del poema que los contiene.

2 comentarios:

Germán A. Serain dijo...

Fue un año tapizado de fracasos, alguno incluso lindante con el más grande de los absurdos. Yo hoy le pido perdón a mi tristeza, que sin embargo me dice que no, que no está dispuesta a perdonarme, y pienso en las metamorfosis del olvido que, sin embargo, no conllevan en el fondo ningún olvido. Sigo adelante, por supuesto, pero no porque tenga ánimo, sino simplemente porque no hay otro camino, pero siento que toda esperanza me convierte en un iluso. Ojalá la vida me sorprenda, desmintiéndome. Y que sea más pronto que tarde.

Germán A. Serain dijo...

Buscando datos sobre Beatriz Vallejo, la autora de los versos reseñados en esta entrada, me topo con un poema de Pier Paolo Pasolini:

Estoy destruido, o al menos transformado
hasta no reconocerme, porque en mí
está destruida la ley, que
hasta este momento
me había hermanado a los demás:
un muchacho normal, o al menos no anormal,
o anormal como todos...