I. Puede que la paradoja de Schrödinger no guarde relación con la realidad del mundo, pero viene a demostrar que Erwin Schrödinger odiaba a los gatos... al mismo tiempo que seguramente los amaba.
II. El gato de Schrödinger piensa: "Mi dueño está completamente loco, ¿cómo se le ocurre que yo pueda estar muerto y vivo al mismo tiempo?" Esto lo piensa el gato vivo, por supuesto. El otro, que según Schrödinger es el mismo, de hecho ya no piensa nada.
jueves, febrero 13, 2014
Schrödinger y los gatos
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