En efecto, tal como escribí en otro momento, las historias de hadas son perversas, pues proponen ideales utópicos al lado de los cuales cualquier realidad posible siempre nos parecerá poca cosa. Tal vez el único modo de ser plenamente felices sea comprender que en la vida real, a diferencia de lo que sucede en los cuentos de hadas, los finales felices no existen. Lo que sí existe es el mientras tanto.
jueves, noviembre 20, 2014
Cuentos de hadas II
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