jueves, febrero 19, 2015

Hacia el olvido











Somos pasajeros, todos nosotros;
pasajeros, apenas, dotados
de una constancia empecinada,
casi se diría inevitable,
viajando Dios sabe hacia dónde,
pero hacia allí vamos todos.
Algunos pocos, muy pocos,
parecen saber adónde nos dirigimos,
pero no dicen nada, y de todos modos,
no podemos saber si es cierto que saben.
De vez en cuando, algo que vemos al pasar
a través de alguna ventanilla nos conmueve,
nos reconcilia, o nos duele, o nos asusta...
De tanto en tanto, y esos son los
momentos más hermosos,
algo que vemos nos hace desear
abandonar el viaje allí mismo,
poder bajar y quedarnos ahí,
en ese lugar y decir, por ejemplo:
Detente instante, eres tan bello...
Y estas palabras tienen una
extraña resonancia,
pero es en vano:
no alcanzamos a pronunciarlas,
siquiera, que el instante
ya pasó, el viaje prosigue,
ya la ventanilla nos muestra
otros paisajes, otras soledades,
otros temores, otros mundos posibles,
otras ensoñaciones efímeras,
sin que podamos recordar
cuál fue nuestro punto de partida
y sin que sepamos tampoco
cuál es nuestro destino.
Es verdad, de tanto en tanto
hay quienes dicen saber,
pero es tal la cara de desconcierto
de estos presuntos iluminados
que no daría dos monedas
por sus revelaciones.
Yo creo que vamos
hacia el olvido.

Germán A. Serain

No hay comentarios.: