No sabemos quiénes somos.
Mucho menos podríamos conocer
quién es el otro, ese eterno misterio.
Cada uno observa en el rostro del otro
lo que decide ver, o aquello que él mismo es,
incluso sin saberlo, como si de pronto se contemplara
en el cristal siempre ambiguo de un espejo.
viernes, julio 22, 2016
Espejos
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