domingo, julio 31, 2016

Naturalezas

Padecemos, entre otras cosas,
una errática apreciación del tiempo
que tal vez no sea sino un gesto de rebeldía
frente a nuestra pobre condición de
seres mortales, evanescentes,
sin chance de trascendencia.
Quizás por eso necesitamos tanto
que con una mirada una palabra un gesto
alguien nos haga sentir valorados,
que nos rescate de nuestra soledad,
del angustiante vacío de la nada.
Somos apenas el suspiro de algo que nos supera,
nada más el breve reflejo de algo más amplio
que acaso jamás llegaremos a conocer.
Somos un poco como la música
que solamente existe mientras suena.
Pero aquí estamos, entre tanto.
Frágiles y desorientados.
Desamparados y sedientos.

No hay comentarios.: