jueves, julio 14, 2016

Sueño 160712 - Casi un cuento

El hombre espera dentro de su auto, afuera de la casa, que sabe vacía. Alguna vez fue casa suya. Ahora la vive como casa ajena. Tiene las llaves en un bolsillo; podría entrar, si quisiera. Volver a recorrer los rincones añorados, acariciar otra vez sus muebles, hojear de nuevo alguno de sus libros. Pero no, no entrará. El simplemente espera, aunque no sabe exactamente qué. En algún momento alguien llegará hasta la puerta de esa casa. Y entonces. Su atención hace foco ahora en el arma que descansa a un costado, cerca de su pierna. Extiende la mano, apenas, y acaricia el metal frío. En ese instante comprende que la historia tendrá un desenlace trágico, por más que todavía no logre precisar cuál ha de ser. También entiende que no hay manera de evitar lo que está por venir, pues él no es más que una suerte de títere, que no podrá hacer sino aquello que el destino le tenga previsto. Aquí no hay víctimas ni victimarios. No hay inocentes ni culpables. Por suerte, al rato se queda dormido, y entonces sueña que despierta en su departamento, que se ducha, se viste, desayuna y sale hacia su trabajo. Afuera está el sol, pero algunas nubes persisten amenazantes en el cielo.

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