martes, julio 07, 2020

Diario de cuarentena - Adiós, Ricardo

...Dale, en cuanto se normalice un poco más tomamos un cafecito. Abrazo grande. Cuidate. Lo vuelvo a escuchar. Dos, tres, cuatro veces. El mensaje tiene apenas un par de semanas de grabado. No sé qué sentir. Su voz sigue estando allí, alegre, al alcance de un click, como si todo -o casi todo- estuviese bien. A la espera del regreso de la normalidad. Pensé entonces que capaz era una broma de mal gusto, o un error más o menos desafortunado. A veces estas cosas suceden. Si hasta estuve a punto de llamarlo para decirle: "Che, mirá que te están dando por muerto". Ese empecinamiento propio de la incredulidad, que a veces se instala en uno. Pero no, me contengo y no lo llamo. En cambio, en las mismas redes sociales que me acercaron de casualidad la noticia, busco la confirmación, esperando no encontrarla. Pero enseguida la encuentro. La noticia dice que falleció Ricardo Louzao. El artesano de las guitarras. Tenía 53 años. Todavía tengo la ilusión de que sea una broma estúpida, porque no puede ser, si ahora mismo lo estoy escuchando: Dale, en cuanto se normalice un poco más tomamos un cafecito... ¿Cómo vas a estar muerto si te estoy escuchando? Pero no. Entiendo que no es broma. Que nada se normalizó, y que no habrá ni abrazo ni cafecito, y que a pesar de todo, como siempre que charlábamos, me terminaste dejando una enseñanza: lo único seguro es el instante en que vivimos. El pasado ya no se puede recuperar, y el futuro es un espacio de absoluta incertidumbre, que acaso llegue, y acaso no llegue jamás. Abrazo grande. Cuidate.



Post scriptum:
Al día siguiente, abro de nuevo mi Facebook, y en medio de un sinfín de mensajes y publicaciones, encuentro el recuerdo de algo que escribí justo unos años antes. Me sorprendo, porque el breve texto dice, textualmente, como una advertencia: "Para bien y para mal, jamás supongas que algo no ha de ocurrirte simplemente porque jamás antes te ha sucedido. Después de todo, y por mucho que queramos resistirnos a pensar en ello, todos los días muere gente que hasta la mañana anterior acostumbraba amanecer con vida."

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