sábado, noviembre 18, 2006

Algo de música: Diana Baroni




Hay canciones que uno ha escuchado tantas veces, y en tantas versiones, que nos parece que no será posible hallar alternativas nuevas que nos sorprendan. El de "María Lando", de Chabuca Granda, era uno de esos casos. Y escribo "era", porque contradiciendo aquella impresión llegó a nuestras manos este disco de Diana Baroni, titulado Nuevos cantares del Perú, recientemente editado por el sello rosarino Blue Art Records.

Es extraño el caso de Diana Baroni. La encontramos tocando su flauta travesera barroca en conciertos de música antigua, en discos con obras de Johannes Mattheson (1681-1764) y Johann Sebastian Bach, elogiados por la revista Le Monde de la Musique. Como antigüista integró el ensamble Café Zimmermann, y fue invitada del Ensemble Elyma, Das Kleine Konzert y Les Musiciens du Louvre-Grenoble, pero en el Centro de Experimentación del Teatro Colón se abocó al repertorio académico contemporáneo. La primera vez que dejó su rol de flautista y se decidió a cantar, lo hizo para ponerle la voz a canciones del vanguardista John Cage (1912-1992). En su disco Son de los diablos se ocupó de rastrear rasgos africanos en la música peruana. Y en este flamante Nuevos cantares del Perú su atención y su canto se centran en las canciones de Chabuca Granda.

Pero además está lo arriba señalado: el hecho de que a pesar de que uno ha escuchado tantas veces, y en tantas lecturas distintas, una canción como "María Lando", de todos modos se sorprende al descubrirla en esta bella versión para cuarteto de cuerdas, interpretada por Elías Gurevich y Grace Medina en violines, Benjamín Bru en viola y Marcelo Bru en violoncello, que nos recuerda que la cantante viene de un ambiente académico dentro del cual hay, sin embargo, gente como la nombrada que también se anima a otras posibilidades.

Esta amplitud de criterios nos habla de un modo particular de comprender el arte musical. Más allá de que la música contemporánea, la antigua y el folklore latinoamericano tengan cosas en común, como puede ser el espacio de improvisación que le queda reservado al artista y el hecho de los tres territorios aún ofrecen mucho por explorar. Este modo particular de comprender la música se vincula con una ruptura de fronteras que tal vez jamás deberían haber estado allí. Así nos lo dice Diana: "Yo creo que no mezclamos ciertos lenguajes musicales a causa de los prejuicios. Creo que la coherencia se inventa; se crea y se cree." Y también explica: "Tanto a través de mi canto como de mi instrumento, lo esencial para mí reside en la posibilidad de comunicar a través de la música."

La música es ante todo esto: una forma de comunicación. Más allá queda la cuestión, tan a menudo vacía, de las clasificaciones y los géneros. Y esto es algo que no puede explicarse con razones, sino que sólo puede entenderse desde la emoción. Que es eso que surge, por ejemplo, cuando uno toca una tecla play y escucha nuevamente la voz que canta, y al cantar nos acerca de nuevo esos textos que dicen...

"La madrugada estalla como una estatua,
como una estatua de alas que se dispersan por la ciudad.
Y el mediodía canta capana de agua,
campana de agua de oro que nos prohíbe la soledad..."

1 comentario:

Anónimo dijo...

La música es una sola y el esfuerzo que fue grabar esos temas te juro que no te lo podés imaginar!!! Los arreglos eran super complejos en el tema rítmico y otras yerbas. Me alegró mucho que por fin saliera un artículo que habla de música sin sectorizar (a pesar que NO me pareció genial que Mercedes Sosa cerrara el Colón)... El disco a mi me parece muy bueno y super original, tus comentarios para mi son tal cual!!! Como siempre gracias por difundir todo un material que si no hubiera tipos como vos no los conoceria ni el LORO!!! Te mando un abrazo, saludos a tu flia y antes de fin de año me doy vuelta por la radio y nos tomamos un cafe enfrente.