lunes, noviembre 16, 2015

Mariposas negras


I
Una nube de mariposas negras 
se instala dentro de mi pecho,
reposada y amenazante
como un presagio,
como un abismo,
como si calladamente prometieran:
"Cuando la noche sea cerrada volaremos,
volaremos juntos hasta la nada,
que es negra como nuestras negras alas
y es fría como la soledad
y la desesperanza;
pero allí no existen
ni la traición ni la culpa,
excepto quizás solo la culpa
de no haber podido,
de no haber sabido,
de no haber logrado ser."

II
"No vamos a mentirte",
se escuchó decir a la voz
que sobrevolaba junto a las alas
de miles de mariposas negras:
"Somos un engaño.
Pero también es un engaño
todo lo demás:
uno elige por quién desea
ser engañado.
Así ha sido y será siempre.
Pero para quien acepta creer
en nuestro engaño,
todos los demás engaños
cesan para siempre."

III
Entonces alguien se pregunta:
¿Y si esas palabras también fueran un engaño?
La respuesta es obvia:
Todas las palabras lo son. 
No cabe tener dudas al respecto. 
Todas. Incluso éstas.

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