viernes, noviembre 20, 2015

Contradicciones

En algunas historias de Isaac Asimov, para destruir un robot es suficiente con enfrentarlo a una imposibilidad lógica. Lograr, por ejemplo, que le resulte imposible cumplir con alguna de las leyes de la robótica sin incumplir al mismo tiempo otra. El ser humano es mucho más complejo y admite hasta cierto punto las contradicciones. No obstante lo cual amar y aborrecer a un mismo tiempo conlleva un sentimiento de incompatibilidad muy difícil de superar. Tal vez, después de todo, no seamos tan diferentes de los robots. Finalmente, ellos han sido imaginados a nuestra imagen y semejanza, del mismo modo en que -según dicen- nosotros fuimos creados a imagen y semejanza de los dioses.

Y encima de todo esa canción, que incluso sin venir a explicar nada sigue dando vueltas y más vueltas en mi cabeza:
"Yo crecí con sonrisas de casa, / cielos claros y verde el jardín...
¿Y qué estoy haciendo / acá en esta calle con hambre...?
¿Cuántas veces tendré que morir para ser siempre yo?"

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