viernes, diciembre 25, 2015

Deseos

Alguien me ha dicho hoy, con buena voluntad:
"Que se cumplan todos tus deseos".
Ha sido un buen deseo de su parte;
o tal vez no lo haya sido tanto.
El asunto es que, puesto a desear,
yo deseo que Dios me perdone
por desear la muerte de cierta gente
que quizás no lo merezca
tanto como la de otras que sí.
Y deseo también que más tarde
me disculpe Dios si me arrepiento,
una vez que haya cumplido mi deseo,
se entiende; y no me refiero al del perdón,
sino al de ser mi obediente verdugo,
que después de todo yo habré deseado
pero habrá sido su magnánimo brazo
el que haya cometido el divino crimen.
De seguro más tarde me arrepentiré,
como corresponde,
por haber deseado un mal,
lo que no quita, Señor, que obres tu milagro
y te lleves a esos que te he señalado,
por favor no me defraudes,
llévatelos para siempre que yo
te encenderé luego una vela
y también honraré tu nombre,
te lo juro por Vos mismo,
y seré tu hermano de sangre
de la sangre derramada de esos,
inocentes o no tanto,
que de la culpa nadie está libre,
ya ves, ni siquiera nosotros,
y en definitiva el detalle poco importa.
Felicidades.
Que se cumplan tus deseos.
Los que no sean contrarios a los míos.

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